La lucha de Ana, recorrerá similar suerte – valga la analogía- que la propia historia que cuenta. Es una película cuestionadora de la realidad social dominicana. No es una película comercial, ni taquillera. No se inserta en los paradigmas estereotipados del cine hollywodense. No es la simplona comedia-publicitaria o parodia fácil, sobre la idiosincrasia dominicana que provoca una hilaridad irracional, aunque huelguen los conceptos y valores artísticos. El Director Abud, tuvo que pasar una “lucha”, como su protagónica Ana, con guión bajo el brazo, para apenas conseguir unos “chelitos” y filmar, una película de bajo costo pero de altos valores estéticos y conceptuales. Algo similar le sucede al personaje de Ana, que con dolor desgarrante, recorre instituciones inoperantes y con funcionarios corruptos en su interior, para tratar de hacer justicia por el asesinato de único hijo, de 16 años, víctima de un “punto” de droga, en un barrio. Excelente tema. Conmovedor guión, coherente con el drama real que vive la sociedad dominicana, sobre todo, la clase social baja, con sus penurias y la solidaridad interna que la caracteriza. La historia transparenta la polarización social, la falta de oportunidades que padece nuestra adolescencia y juventud.