El cine dominicano está viviendo un momento clave, y la Residencia Cinematográfica FONPROCINE es una clara evidencia de esta transformación. Esta iniciativa, promovida por la Dirección General de Cine (DGCINE) bajo la dirección de Marianna Vargas Gurilieva, ofrece a los cineastas un espacio de inmersión completa para desarrollar y fortalecer sus proyectos, estableciendo un nuevo estándar de calidad, innovación y proyección internacional. Según Vargas, la residencia surgió como una respuesta a la necesidad de ofrecer un acompañamiento más profundo a los cineastas, brindándoles las herramientas legales y creativas necesarias para el éxito de sus obras.
En una conversación con Marianna Vargas Gurilieva, Marta Orozco, cineasta y productora mexicana, y Emiliano Mazza De Luca, director y productor uruguayo, coincidieron en que este programa no es solo un taller más, sino una experiencia única que está cambiando la forma en que se hace cine en República Dominicana. La residencia fomenta no solo el desarrollo de proyectos individuales, sino también el intercambio creativo y la colaboración entre los cineastas.
Un espacio para crear y reflexionar
“La residencia fue diseñada para desconectarse de la rutina y permitir a los cineastas sumergirse completamente en sus proyectos”, comentó Orozco. Al estar alejados de las distracciones diarias, los participantes tienen la oportunidad de dedicarse por completo al cine durante una semana entera, lo que es vital para desarrollar ideas fuertes y coherentes. Mazza añadió: “La convivencia diaria, desde las comidas hasta las largas charlas nocturnas, crea un ambiente único donde las ideas no solo nacen, sino que se pulen y cobran vida”.
Este ambiente colaborativo no solo impulsa la creatividad individual, sino que también fortalece la comunidad cinematográfica local. Las redes profesionales que se forman en estos espacios son invaluables, ya que permiten a los cineastas compartir recursos, conocimientos y apoyarse mutuamente en futuros proyectos. En un país donde la industria cinematográfica aún está creciendo, este tipo de interacciones son esenciales para construir una comunidad artística fuerte y unida.
Formación integral para el futuro del cine
Uno de los puntos más destacados de la residencia es su enfoque integral en la formación cinematográfica. Orozco y Mazza enfatizaron que hoy en día no basta con ser un buen director o productor; es fundamental dominar ambos aspectos para llevar una película desde la idea inicial hasta su distribución. “Nuestra metodología se basa en ver la creación cinematográfica como un todo, donde lo creativo y lo estratégico van de la mano”, explicó Mazza. Esta visión es especialmente relevante en un mundo donde las líneas entre los roles cinematográficos son cada vez más difusas.
Este enfoque integral no solo prepara a los cineastas para los desafíos de la producción, sino que también los impulsa a pensar en sus proyectos con una visión internacional. “Queremos que las películas dominicanas no solo sean reconocidas localmente, sino que también se destaquen en los escenarios más importantes del mundo”, añadió Orozco. Esta ambición de internacionalización es un cambio necesario para una industria que, aunque joven, tiene un enorme potencial para brillar a nivel global.
Más que cine: estrategias legales y de marca
La residencia también se distingue por ofrecer formación que va más allá de lo puramente cinematográfico. La participación de expertos como Marianna Vargas Gurilieva, quien impartió un módulo sobre aspectos legales en la producción cinematográfica, y Marcio Migliorisi, que exploró la creación de marcas cinematográficas, enriqueció aún más la experiencia de los participantes. Estos módulos no solo preparan a los cineastas para los aspectos creativos, sino que también les proporcionan las herramientas necesarias para moverse en el complejo mundo de los derechos de autor, contratos de coproducción y comercialización de sus obras.
Este enfoque en la formación legal y de marca es crucial en un entorno donde el cine no es solo un arte, sino también un negocio. Saber cómo proteger y comercializar una película es tan importante como saber dirigirla, y aquí es donde la residencia marca una diferencia significativa. Los cineastas que pasan por este programa no solo salen con un proyecto más sólido, sino también con una comprensión más profunda de cómo convertir ese proyecto en un éxito tanto comercial como artístico.
Una incubadora de talento con mirada global
El impacto de esta residencia ya se está sintiendo en la industria. Con proyectos que abarcan desde la ficción hasta el documental, y con una diversidad de voces que reflejan las múltiples sensibilidades del cine dominicano, esta iniciativa no solo fortalece la escena local, sino que también la proyecta hacia el futuro. “Esperamos que estas primeras películas que surjan de la residencia sean solo el comienzo de un cambio más amplio en la manera en que se hace cine en República Dominicana”, concluyó Mazza.
El valor de las residencias cinematográficas
Las residencias de cine son programas en los que cineastas reciben apoyo intensivo y mentoría en un entorno diseñado para desarrollar sus proyectos. Estas iniciativas son clave para que nuevos talentos puedan perfeccionar sus ideas y avanzar en su carrera.
Entre las residencias de cine más prestigiosas del mundo se encuentran la Cinéfondation Résidence en París, asociada al Festival de Cannes, y el Sundance Screenwriters Lab en Utah, conocido por su enfoque en la escritura de guiones. El TorinoFilmLab en Italia también destaca por su apoyo al cine independiente en Europa. Otras residencias importantes incluyen el Jerusalem Film Lab en Israel, el Ikusmira Berriak en San Sebastián, España, y la Résidence du Festival du Film de Locarno en Suiza. Todas estas residencias son reconocidas por su excelencia y han sido trampolines para cineastas que han logrado destacar en la escena internacional.
El papel de fonprocine en el cine dominicano
La Residencia Cinematográfica FONPROCINE se presenta como una incubadora de talento que promete enriquecer el panorama del cine dominicano. Contamos con una ley que impulsa y facilita la materialización de los proyectos cinematográficos dominicanos. Esta ley, a través del Fondo para la Promoción Cinematográfica (FONPROCINE), destina fondos para el fomento y estimulación de la producción de obras cinematográficas dominicanas, así como también a la formación, promoción y difusión, entre otras áreas clave en la industria. Este apoyo se otorga a través de un concurso que abarca diversas categorías anualmente. La residencia forma parte del Concurso Público FONPROCINE, establecido en el Reglamento de Aplicación de la Ley núm. 108-10, que es uno de los principales instrumentos del fondo. El concurso destina sus fondos a apoyar la escritura de guion, desarrollo, producción y posproducción de proyectos cinematográficos dominicanos, siendo crucial para fortalecer la industria y proyectar las historias dominicanas al mundo. Orozco y Mazza ven esta primera edición como el comienzo de una serie de oportunidades que consolidarán la industria cinematográfica local y la llevarán a nuevos horizontes internacionales.