El actor Ken Takakura, uno de los intérpretes más reconocidos del cine japonés, falleció a los 83 años el pasado 10 de noviembre en un hospital de Tokio, víctima de un linfoma, anunció hoy su representante.
Apodado el “Clint Eastwood” japonés por sus papeles de tipo duro o de mafioso y su gesto serio, Takakura saltó a la fama internacional por películas como “Black Rain” (1989), de Ridley Scott, o “Yakuza” (1974), de Sydney Pollack, en las que compartió pantalla con estrellas como Michael Douglas o Robert Mitchum.
Takakura, cuyo nombre real era Goichi Oda, fue hospitalizado mientras se encontraba preparando su próximo proyecto, y a pesar del tratamiento, su estado empeoró repentinamente, informó su representante.
Su funeral se ofició en una ceremonia íntima a la que acudieron sus familiares más cercanos, explicó el representante a los medios nipones.
Natural de Fukuoka (sur de Japón), Takakura participó en casi 150 cintas, y obtuvo cerca de una veintena de premios por sus papeles en películas como “Poppoya: Railroad Man” (1999), por la que recibió el galardón al mejor actor en festivales como el de Montreal o Asia Pacífico de Los Ángeles, además del otorgado por la Academia de Japón.
Su última aparición cinematográfica fue en “Dearest” (2012), un filme del director japonés Eiji Shimakura, en el que trabajó junto al también actor, director y humorista Takeshi Kitano, y donde interpretaba a un anciano consejero de una prisión, que acaba de perder a su esposa.
Otros títulos recientes en los que trabajó fueron “Hotaru” (2001), un drama de Furuhata, y una colaboración internacional con el chino Zhang Yimou en “La búsqueda” (2005), un título sobre el que su director bromeó que solo fue una excusa para rodar con el actor, a quien admiraba desde hacía años.
Dicho papel le granjeó en 2006 el premio al Mejor Actor que otorga la Asociación de Críticos de Cine de San Diego (EE.UU.).
La trayectoria cinematográfica de Takakura comenzó en 1955, año en que se unió a la productora Toei Co., y se hizo popular entre el público masculino en 1960 después de protagonizar una serie de películas de yakuzas entre las que se incluye “Prisión Abashiri” (1965).
En sus papeles, el intérprete encarnaba el ideal masculino japonés, un hombre estoico, abocado al auto-sacrificio y diestro en la lucha.
Fuente: larazon.es
En 2013, el intérprete recibió de manos del emperador Akihito la Orden de la Cultura, el galardón más destacado de este campo otorgado en el país asiático, en reconocimiento a su carrera y su contribución a la difusión de la cultura nipona.