París, Francia .- Francia conmemora el nacimiento del cine hace 120 años con la proyección en París la primera película de la historia, un cortometraje de 46 segundos rodado por los hermanos Auguste y Louis Lumière en 1895 y conocido actualmente como “La salida de la fábrica Lumière en Lyon”.
El corto, que muestra a un nutrido grupo de obreros flanqueando las puertas de una planta industrial donde la familia Lumière fabricaba material fotográfico en Lyon, en el este de Francia, se mostró el 22 de marzo de 1895 en la Société d’Encouragement pour l’Industrie Nationale de París ante un grupo de científicos y empresarios.
La película volverá a proyectarse hoy en la que ahora se conoce como Sala Lumière del mismo edificio que en su día albergó aquella sesión histórica, y en presencia del director Bertrand Tavernier, presidente del Instituto Lumière, que trabaja en la restauración de las cerca de 200 películas que rodaron los innovadores hermanos entre finales del siglo XIX e inicios del siglo XX.
“El espíritu Lumière es la inocencia y la captura de una sinceridad eterna”, comentó el delegado general del Festival de Cannes, Thierry Frémaux, durante una proyección de homenaje celebrada esta misma semana en Lyon.
“Se constata que los obreros sabían que estaba siendo filmados porque miran furtivamente a la cámara”, agregó Frémaux, organizador también del Festival Lumière, certamen para el que han rodado versiones honoríficas del célebre cortometraje directores como Quentin Tarantino, Pedro Almodóvar, Xavier Dolan, Michael Cimino, Jerry Schatzberg o Paolo Sorrentino.
Entre el selecto elenco que pudo ver ese metraje mudo rodado con un cinematógrafo unos días antes de proyectarse el 22 de marzo en 1985 (disponible ahora en internet goo.gl/JakiGA) se contaba Léon Gaumont, el ingeniero francés que en julio de ese mismo año fundaría la empresa de producción Gaumont.
Esa firma cuenta actualmente con un catálogo de un millar de cintas y todavía presume de ser la más antigua del mundo en su género, algo que no probablemente no habrían augurado los hermanos Lumière, a quienes se les recuerda una frase tan lapidaria como equivocada: “El cine es un invento sin ningún futuro comercial”.
Sin embargo, el gran público no supo de “La salida de la fábrica Lumière en Lyon” ni de lo que era el cine hasta el 28 de diciembre de aquel 1895, cuando los Lumière exhibieron en el Salon Indien du Grand Café de París ese y otros diez cortometrajes, entre ellos el célebre “L’Arroseur arrosé”, traducido en español como “El regador regado”.
No obstante, algunos historiadores consideran que el nacimiento del cine hay que atribuírselo al estadounidense Thomas Edison, que unos años antes había grabado unas imágenes en movimiento que los espectadores podían ver animadas con una especie de gafas mediante un sistema que se conoce como quinetoscopio y que había diseñado William Dickson.
Antes ya se habían desarrollado otras formas más rudimentarias de protocine para contemplar imágenes animadas, como el fenaquistiscopio, una rueda con imágenes que al girar frente a un espejo creaba una ilusión de movimiento que evolucionaría después a la linterna mágica del francés Jules Duboscq y más adelante a otros dispositivos similares.
El prestigioso profesor estadounidense Noël Burch abandera el grupo de historiadores que sostiene que el nacimiento del séptimo arte, tal y como lo conocemos ahora, surgió con la película “El nacimiento de una nación”, en 1915.
En aquella cinta, cuyo polémico argumento fue muy criticado por mostrar como héroes a los defensores de la supremacía blanca del Ku Klux Klan, el director D.W. Griffith introdujo técnicas como el montaje paralelo, movimientos de cámara, secuencias y planos cortos o panorámicos que sentaron las bases del lenguaje cinematográfico moderno. Agencia: EFE