Las producciones cinematográficas en República Dominicana disfrutan de su mejor momento subidas a hombros de comedias a granel, con libretos "fríamente calculados" que aseguran el retorno de los recursos invertidos, pero también con intentos por trepar a la escena internacional con muestras mejor acabadas.
Es ahora cuando los dominicanos han asumido como cotidiana la exhibición de películas de factura nacional, a pesar de que la historia cuenta que el cine llegó al país por la provincia Puerto Plata (norte) en tiempos tan lejanos como el año 1900.
Esos relatos atribuyen al fotógrafo Francisco Palau la producción y dirección de la primera película dominicana: "La leyenda de la Virgen de la Altagracia", realizada en 1922, pero estrenada el 16 de febrero de 1923.
La dictadura de Rafael Trujillo (1930-1961) cortó de cuajo el novedoso entretenimiento para los dominicanos, obligados durante ese largo período a consumir documentales de loas al tirano y a su obra de Gobierno.
Sin embargo, la caída del régimen no supuso un inmediato ni cercano impulso al cine en la República Dominicana, pues ingentes tareas políticas y sociales copaban la agenda de una sociedad enfocada en saborear la libertad.
Así, la primera vez que el país 'brilló' en el cine internacional fue en 1974, cuando la capital dominicana (simulando a La Habana) acogió parte de las filmaciones de la multipremiada "El Padrino II" de Francis Ford Coppola, protagonizada por Al Pacino y Andy García.
En el año 1988 aparece "Un pasaje de ida", producción definida por la crítica local como la mejor lograda en el país, basada en una historia real ocurrida en 1980, cuando 22 polizones murieron asfixiados dentro de un contenedor de un barco anclado en el puerto de Santo Domingo con destino a EE.UU. .
El filme del dominicano Agliberto Meléndez no logró el respaldo deseado en las salas, pero recibió reconocimientos como el Premio del Jurado del Festival Iberoamericano de Huelva de 1988.
Esa experiencia pareció disminuir los ánimos hacia el celuloide local hasta el éxito rotundo de "Nueva Yol" (1995), del dominicano Ángel Muñiz, que narra las peripecias que atraviesa 'Balbuena', -personaje creado e interpretado por el humorista Luisito Martí-, en sus intentos por llegar a la "Gran Manzana" y alcanzar allí el "sueño americano".
Muñiz y Martí volvieron a unirse y triunfar con la secuela "Nueva Yol 3", título escogido por aquello de que "segundas partes nunca fueron buenas".
"Ángel Muñiz es el papá del cine dominicano", dice a Efe Reportajes Alfonso Rodríguez, uno de los más exitosos directores del cine comercial dominicano de la actualidad.
Este realizador considera que "Nueva Yol" demostró que los dominicanos podían producir películas y hacerlo con gran éxito.
"Con Ángel Muñiz aprendimos que por ahí era el camino (producción de comedias ligeras) y mientras eso funcione que nadie me hable de hacer otro tipo de películas", sentencia Rodríguez, quien en estos días disfruta del gran respaldo a su último filme: "Feo de día, lindo de noche", una comedia, por supuesto.
Y mientras el director revela que ya vendió los derechos internacionales de esa película a la "20th Century Fox", reportes de las salas de cine del país afirman que en su primera semana la película recaudó 10,8 millones de pesos (unos 280.000 dólares), monto considerado un récord en las pantallas locales.
Esta es la "fórmula mágica" para abarrotar las salas de cine dominicanas: reunir en un largometraje a un grupo de humoristas y otras figuras de la televisión y hacerles caracterizar una comedia "light".
Otras historias
Pero la cinematografía dominicana también se esfuerza por historias diferentes y para muestra varios botones.
"Jean Gentil" (2010) de la dominicana Laura Amelia Guzmán y el mexicano Israel Cárdenas, es considerada una de las mejores producciones locales. Narra la historia de Jean Ramy Genty, un profesor de idiomas haitiano que llega a República Dominicana en búsqueda de mejor futuro, solo para encontrarse con la frustración de no conseguir un trabajo acorde a su preparación académica. La cinta logró una mención especial del jurado del Festival de Venecia.
"Jaque Mate" (2011) de José María Cabral, un drama que expone la doble moral de las figuras de la televisión, fue elegida para representar al país ante la Academia de Artes Cinematográficas de Hollywood que cada año escoge los cinco filmes que optan al Oscar a la Mejor Película Extranjera.
El año pasado, "La hija natural" fue la cinta que alcanzó esa distinción, tras 16 años de ausencia dominicana en esa preselección.
La película narra la historia de María, una joven que tras perder a su madre y quedarse sola en el mundo, decide ir en búsqueda de su irresponsable progenitor, que vive en un supersticioso y lejano pueblo del país caribeño. "La hija natural" fue dirigida por Leticia Tonos, la primera dominicana en realizar un largometraje.
El impulso al cine dominicano también llega de los contactos que aseguran la celebración de tres festivales cada año.
Uno de estos, el Festival de Cine Global Dominicano, ha traído al país a figuras de la actuación como Robert De Niro, Danny Glover, Claudia Cardinale, Omar Sharif, Victoria Abril, Andy García y Vin Diesel, entre otros.
También se destaca el Festival Internacional de Cine Fine Arts que se celebra estos días con producciones de Alemania, Argentina, Brasil, Chile, China, Colombia, Costa Rica, Cuba, España, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, República Dominicana, Italia, Líbano y México.
Otro punto cinematográfico de referencia es la Muestra Internacional de Cine de Santo Domingo, que este año exhibió cintas reconocidas internacionalmente como "La enfermedad del sueño" de Alemania; "No habrá paz para los malvados" de España; "Route Irish" de Reino Unido; "Salve" (Marham) de Irán; "Rosita" de Polonia, y "Tan fuerte, tan cerca" de Estados Unidos.
Ley de Cine
El interés oficial por desarrollar la industria del cine llevó a la promulgación, a finales de 2010, de una ley bastante generosa en incentivos.
Las principales facilidades de esta ley garantizan la exoneración del ciento por ciento del valor invertido en un filme a los fines del impuesto sobre la renta.
Además, dispone el reingreso del 100 % del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) de los bienes y servicios pagados en el país por extranjeros amparados por el permiso para rodar en territorio dominicano.
Esta ley, no obstante, ha sido criticada por el cineasta dominicano René Fortunato, para quien la iniciativa es un "arma de doble filo", que si bien puede estimular el desarrollo del cine en el país, también podría ser un instrumento con el que se cometan "crímenes culturales" contra la nación dominicana.
A pesar de estas opiniones, los estudios británicos de cine y televisión Pinewood construyen desde el año pasado en el este del país unas instalaciones, sus primeras en Latinoamérica, que abarcarán los 140.000 metros cuadrados.
A esto se añaden las veinte películas que en un período de cinco años realizará la productora española The Green Star Films junto a la dominicana Palmera Pictures a un coste de 60 millones de dólares.
Los años venideros determinarán si existe suficiente combustible para circular por la ruta escogida por los productores locales, que pretenden elevar los niveles de realización e impulsar a la industria del cine dominicano hacia la meta deseada de su consolidación.
Fuente: Diario Libre Digital