En el universo cinematográfico occidental, donde predomina la industria del cine hollywoodense, se suele usar el término ¨independiente¨ para referirse a piezas audiovisuales que han contado con un bajo presupuesto para su producción y con ciertas características estéticas y argumentales propias del director. Pero ¿qué tan cierto es esto? ¿Qué tanto responden estos filmes a los intereses artísticos de los cineastas?
En 1908, Thomas Alva Edison instituyó la Motion Pictures Patents Company, MPPC, con la finalidad de controlar la patente de todas las cámaras usadas por los directores de la época. Esta operaba principalmente en los territorios de Nueva York, Nueva Jersey Y Chicago. En 1910 varias compañías cinematográficas empezaron a trasladarse a California, en un principio para escapar de la MPPC. Pero la gran variedad de paisajes y el clima, favorable todo el año, de Hollywood y sus alrededores, lograron atraer de manera permanente a los grandes estudios. Entonces, las compañías que no se atrevieron a mudarse al oeste, empezaron a llamar ¨outlaws¨ (fuera de la ley) a los que sí lo hicieron, a pesar de que ellos mismos se llamaban ¨independientes¨. Al final los independientes se convirtieron en los fundadores del sistema de grandes estudios característico de Hollywood.
Siendo estos los creadores de la industria del cine tal y como la conocemos hoy, lo irónico es que en la actualidad domine la idea de que las producciones independientes son creación de todo aquel que se encuentra fuera y/o en contra del sistema hollywoodense, y que además son piezas cuya producción sale ¨barata¨ y en la cual los cineastas tienen libertades que no tienen aquellos que hacen un cine más costoso y masivo.
El engranaje del ¨cine independiente¨, siempre hablando en referencia a Hollywood, es tan complejo como la industria que lo maneja: a partir de los años 90´s, las majors, o grandes estudios hollywoodenses empezaron a comprar o a crear estudios más pequeños (la Warner Bros. creó New Line Cinema, 20th Century Fox a Fox Searchlight Pictures, Disney compró a Pixar, etc.), que en Hollywood se conocen como unidades especializadas. La función de estos pequeños estudios es producir y distribuir películas más baratas que los blockbusters, dirigidas a públicos más especializados, generalmente internacionales.
Las razones por las que los estudios se hacen cargo de estas unidades y sus producciones indies, pueden ser diversas: como una forma de ayudarse a tener una imagen menos mainstream; obtener más prestigio frente a la crítica, lo cual se puede traducir, a la vez, en un Oscar; la voluntad de abrir mercados extranjeros, haciendo películas con una apariencia menos estadounidense; Otros lo ven como una manera de ¨fidelizar a los artistas¨, una forma de complacer el ego de un productor y/o director que quiere conservar una imagen de ¨independiente¨, pero que necesita el dinero de una gran estudio, etc.
En el caso de Disney en particular, es una vía de no afectar su imagen, asociada a películas familiares, que a la vez le da libertad de producir filmes con más contenido de violencia y dirigidos a mayores de 17 años, a través de sus unidades Touchstone Pictures o Miramax.
La fórmula varia de estudio en estudio, pero normalmente las majors controlan los contratos legales y las negociaciones de distribución para estas películas independientes, a la vez que se apropian del copyright y los derechos de propiedad intelectual, y la unidad especializada toma las decisiones artísticas, sujeta a condiciones dadas por el estudio; la producción, así como el trato con la prensa.
De ahí que la mayoría de los filmes que conocemos como independientes no lo sean tanto en realidad, a pesar de que, a cambio del presupuesto reducido, los directores exijan mayor control sobre el proceso creativo y de producción.
Lo que suele darle la connotación de cine indie a estas películas, es entre otras cosas, la estética, muy particular del director, generalmente experimental, a veces rompiendo con lineamientos tradicionales de la industria; otra característica es que usualmente tratan temas que las grandes producciones ignoran, convirtiéndolo en un cine más personal y polémico.
¿El cine indie es barato?; Barato es un término relativo aquí. Si lo comparamos con las superproducciones, que alcanzan presupuestos con cifras de 9 dígitos, podemos concluir que el cine independiente es, como negocio, menos costoso y menos arriesgado, ya que no necesita de un público masivo para recuperar ganancias.
Lo que sí es innegable, es que en Hollywood el cine independiente es un género más nominal que real y que en mayor o menor medida está sujeto a la influencia y voluntad de los grandes estudios que dominan la escena del entretenimiento.
Por: Marthaloidys Guerrero para Cinedominicano