Películas en realidad virtual (VR), cine inmersivo, experiencias en 360 grados. Conceptos de los que cada vez se oye hablar más y que en el Festival de Sitges, al igual que recientemente en Venecia, están potenciando en su programación. Desde fuera, vemos a un espectador con unas aparatosas gafas en un sillón giratorio. Su cabeza gira hacia la derecha, a la izquierda, arriba y abajo, hacia atrás o un leve impulso hacia adelante. De vez en cuando su cuerpo se mueve dando toda una vuelta, o casi, mientras permanece sentado. A veces algún movimiento brusco, ¿de sorpresa? ¿de miedo?
Uno desea realmente llegar a ponerse esas gafas, unas Samsung Gear VR conectadas a un smartphone, y vivir esas sensaciones, experimentar de primera mano lo que se ve ante esa curiosa pantalla o artilugio. De momento las piezas son cortas, de 5, 10 o 15 minutos de duración. Te acomodas en el sillón, te colocas un antifaz higiénico, luego las gafas y después los auriculares. Mejor tener controlada ruedecilla por la que se puede graduar el enfoque de la imagen y el dispositivo que regula el volumen. Todo a punto. En la pantalla en negro aparece un panel con el play, la pausa, para dar marcha atrás o adelante. Dirigimos nuestra mirada hacia “play” y con el dedo índice de la mano derecha le damos a un botón. Empieza el espectáculo.
Carlos Therón presentó ‘Talismán’, con Berto Romero, pensado para el espectador que experimenta por primera vez con un corto de realidad virtual
Muy probablemente nunca olvidaremos, por el carácter pionero de la experiencia, la primera escena que visualicemos. Puede ser una habitación a oscuras, puede que nos encontremos en medio de un bosque o dentro de un tabique a punto de ser derribado por unos albañiles. Este tercero sería, por ejemplo, el caso de Talismán, el corto de diez minutos que ha realizado Carlos Theron (Es por tu bien) entorno a la maldición que se oculta entre las cuatro paredes de una habitación. “Quería rodar una historia para aquel espectador que se acercara por primera vez a ver una obra en realidad virtual”, explicaba el director en Sitges.
Berto Romero es uno de los protagonistas. “Se trata de una interpretación más parecida a la del teatro, con la acción rodada seguida y sin cortes. Requiere de muchos ensayos. Y el director tiene que ser como un mago, intentando captar tu mirada hacia el punto de atención principal”. Puede ser un ruido, una nueva fuente de luz, una voz, dejando objetos delante mismo de tus narices; sin embargo es siempre el espectador quien tiene la libertad de elegir hacia donde mirar.
“El cine deja de ser frontal. Suceden cosas por todas partes, y a mí ya se me están ocurriendo un montón de ideas”, comentaba el director Jaume Balagueró, uno de los integrantes del jurado Samsung Sitges Cocoon dedicado a las piezas, más de veinte, en competición en esta edición de Sitges. Una sección propia y exclusiva, como ya se hizo recientemente en Venecia. El cine VR empieza a tomarse en serio en los certámenes cinematográficos.
Los cortos galardonados en Sitges fueron
Knives, de Adam Cosco, como mejor película; una mención para Ray, de Rafael Pavón; y Alteration, de Jérôme Blanquet logró el premio del público. Además, el director francés Alexandre Aja presentó el primer episodio de lo que será una serie , la primera realizada en VR, Campfire Creepers. ‘Campfire Creepers’: pesadillas en primera persona “Cada episodio será independiente y empezará con unos niños alrededor de una hoguera en un bosque, cada uno contando una historia de terror”, nos avanzaba el mismo director. Alexandre Aja ya probó en 2011 las más innovadoras técnicas en 3D con una sangrienta secuela de Piraña. “Para mí el cine siempre había sido en cinemascope. Tenerlo todo en 360º es algo como más personal. La posición de la cámara, los planos, es como un juego”. Para este primer episodio, Campfire Creepers: The Skull of Sam, utilizó 10 pequeñas cámaras, instaladas juntas, en círculo y para grabar todo el espacio. El protagonista es Robert Englund, el inolvidable Freddy Krueger y que en esta ocasión encarna a un despiadado coleccionista de calaveras humanas. El estreno está previsto para este próximo Halloween.
El espectador va adquiriendo distintos puntos de vista, como mero espectador o desde la perspectiva de una de las indefensas víctimas o con Englund hablándote fijamente. “Robert no será el protagonista de todos los episodios, pero sí que estamos pensando la manera en que su personaje regrese en algún otro”, nos responde Aja. La fuente de inspiración son series de relatos cortos también de terror y fantasía como Creepshow o Historias desde la cripta (Tales from the Crypt).
El cine en realidad virtual acaba de dar sus primeros pasos. Aún queda por mejorar, la nitidez de la imagen o la calidad del sonido. Es una experiencia similar a la de las antiguas linternas mágicas con secuencias de imágenes que al moverlas, de manera circular o continua, creaban la sensación de movimiento. Una atracción tal vez aún de barraca de feria, pero que sin duda irá ganando terreno. Quizá tampoco llegue a ser realmente cine, sino otro tipo de arte o entretenimiento. También encontrará una gran aplicación en los videojuegos, por no hablar de los que ya piensan en sus posibilidades en el campo de los eventos deportivos o… en el porno. Todo en 3D, inmersivo y en 360 grados. De momento disponible solo en festivales, en algún centro comercial o en las pocas salas especializadas que empiezan a abrirse.