Alfredo Alcón murió esta mañana en su casa, en la ciudad de Buenos Aires, después de luchar contra un cáncer. Había nacido el 3 de marzo de 1930 en Ciudadela, provincia de Buenos Aires, en el seno de una familia bien española: Alcón es un apellido de ascendencia andaluza-árabe, su abuela paterna había inmigrado desde Cádiz, y Riesgo, el apellido de su mamá, era de Castilla.
“Si yo me diera cuenta de que hace mucho que trabajo y hace ya mucho que vivo, tal vez estaría cansado. Pero uno no se da cuenta”, decía Alfredo Alcón en una de tantas entrevistas cuando se acercaba el ocaso de sus días. No pensaba en eso, en morir, porque estaba demasiado preocupado por hacer su trabajo bien, constantemente convocado por los directores más destacados de la escena porteña y de ultramar para protagonizar grandes clásicos.Fue el paradigma del héroe en el teatro vernáculo. El Rey Lear, Hamlet, Enrique IV, Eduardo II, Peer Gynt, Edipo. En su repertorio sumó 46 obras de teatro, 50 películas y otras tantas participaciones en televisión. Fue sin dudas, el gran primer actor argentino.