Se inauguró la 67ª edición del festival de Cannes con la proyección de Grace de Mónaco. El film de Olivier Dahan ha tenido una recepción bastante negativa, prácticamente no la ha salvado nadie. Si alguno de sus productores tenía la esperanza de que la cinta protagonizada por Nicole Kidman acabase en los Oscars, aunque su director se empeñe en decir que no se ha hecho la película pensando en esos galardones a pesar de habérsela vendido a los hermanos Weinstein incluso por un precio menor al inicialmente pactado, este debut tan desastroso no le beneficia en absoluto. A esto hay que sumar la espantada de Harvey Weinstein en la premiere en La Croisette, después de haberse llegado a un acuerdo con los productores de la cinta se esperaba su presencia, pero el productor anunció que no acudiría a este acto porque estaba visitando un campo de refugiados sirios en Jordania, Harvey ha iniciado su campaña para ganar el Jean Hersholt a la mejor persona viva.