Hacer cine en México es todo un reto. Conseguir un financiamiento, ya sea a través de estímulos fiscales o de iniciativa privada, hacen que el camino no sea nada esperanzador (eso sin tomar el cuenta el callejón sin salida que significa la distribución y exhibición del cine mexicano)… Pero si a todo esto le sumas que eres un cineasta independiente, las cosas pueden ser todavía más difíciles… pero no imposibles.