Con motivo de su 70º aniversario, el Festival abre una prestigiosa selección con uno de sus visitantes más fieles, Arnaud Desplechin, que acumula siete selecciones y que también fue miembro del jurado en 2016. En Les Fantômes d’Ismaël (Ismael’s ghosts), el cineasta reúne a Charlotte Gainsbourg y Marion Cotillard junto a su actor fetiche, Mathieu Amalric.
Ya se han cumplido veintiún años desde su huida. Sin embargo, a pesar de esos veintiún años transcurridos, Carlotta (Marion Cotillard) surge de la nada. El regreso representa un mazazo para Ismaël (Mathieu Amalric), que ya ha rehecho su vida con Sylvia (Charlotte Gainsbourg) y que está trabajando en su próximo largometraje.
Mientras asistimos a las dudas de Ismaël, aparecen también las del héroe de su película: un licenciado ocioso, divertido y temerario, Ivan Dédalus (Louis Garrel). Él invoca el fantasma de uno de sus personajes, el de su hermano Paul Dédalus, protagonista por partida triple en Comment je me suis disputé… (ma vie sexuelle) (My sex life… or how I got into an argument, Competición, 1996), Un Conte de Noël (Un cuento de Navidad, Compétition, 2008) y Trois souvenirs de ma jeunesse (Tres recuerdos de mi juventud).
Una película dentro de la película, en definitiva… y más todavía. Arnaud Desplechin multiplica los estratos narrativos:
«Es el retrato de Iván (…) Es el retrato de Ismaël (…) Es el regreso de una mujer de entre los muertos. También es una película de espionaje… Cinco películas comprimidas en una sola, como los desnudos femeninos de Pollock. Ismaël es frenético. ¡Y el guion se ha convertido en frenético con él!»
Con Les Fantômes d’Ismaël (Ismael’s ghosts), Arnaud Desplechin se sumerge definitivamente en el pasado, aunque innova en su forma de revisitarlo película tras película. El año pasado, cuando fue miembro del jurado de los largometrajes, el director nos confió que vivía su arte como «un combate contra sus demonios». El ingenio de Arnaud Desplechin consiste en hacer brotar siempre la luz.