Cine y gastronomía se dan la mano en París a través de diversas iniciativas que permiten disfrutar del séptimo arte con una oferta de restauración que deja atrás las clásicas palomitas.
Desde salas privadas en las que degustar un completo menú elaborado por un restaurante mientras se proyecta una película, hasta camiones que ofrecen delante del cine una amplia oferta de comida callejera de todo el mundo, las posibilidades se adaptan a todos los bolsillos.
“El cine es una experiencia colectiva, y la comida forma parte de ella”, explicó a Efe el director del grupo de salas MK2, Nathanael Karmitz.