Cintas como “Cocote” y “Luis”, que aún no tienen fechas de estreno en RD, ya viajan por los festivales
Muchos directores y productores de la industria cinematográfica dominicana ya no se enfocan en ir a las salas comerciales internacionales como antes; es, aparentemente, una idea que con el tiempo ha ido pasando a un segundo plano y, en muchos casos, no forma parte del proyecto.
Es así como la mayoría de las producciones nacen y mueren en esta media isla del Caribe, salvo los proyectos made in Dominican Republic más relevantes, que se han ido multiplicando en las lujosas vitrinas que representan los festivales internacionales. Antes de proyectarse para el público en general en Santo Domingo, algunos directores agotan una intensa agenda en este tipo de eventos. Para algunos, como René Fortunato, el hecho de que su ópera prima, Patricia, el regreso de un sueño, se estrene a nivel mundial en el Festival de Cine de Montreal es un “certificado de calidad”.
“El que te seleccionen en un festival internacional ya es un certificado de calidad; eso le da un mensaje al público dominicano de que puede ir a ver una buena película”, dijo el realizador de esta cinta que ya tiene un pie en Canadá, tras su selección para estrenarse a principios de septiembre en la edición 41 del Festival de Cine de Montreal, y otro en Santo Domingo, donde tendrá una gala premiere a finales del mismo mes.
Cada vez, más directores dominicanos han probado el néctar de las muestras internacionales, agregándoles a sus posters el sello que certifica su inclusión entre los filmes seleccionados para participar en los mismos como valor agregado. Uno que celebró su paso por los festivales es José María Cabral, quien presentó su última producción, Carpinteros, en el Festival Internacional de Cine de Santander, donde se llevó la máxima estatuilla entregada en la Gala de Premios. Antes de llegar a Santo Domingo, también estuvo en el festival de Guadalajara, donde ganó Premio Especial del Jurado, Mejor Actor, para Jean Jean, y el premio Feisal. En el Havana Film Festival de Nueva York, Carpinteros se alzó como Mejor Director. También estuvo en los festivales de Sundance, Miami, Toulouse Francia y Panamá, entre otros, y ahora fue seleccionado como la representación de la República Dominicana para los premios Oscar y Goya. “Los festivales internacionales de clase ‘A’ exigen estreno mundial. La idea de un festival es descubrir una película. El prestigio de descubrir es que sea ‘estreno mundial’ y el prestigio para la cinta es que un festival grande escogió tu producción entre muchas para representar ese año”, explicó Cabral al periódico elCaribe.
Además, el director de cintas como Jaque Mate, aseguró que “es mejor ir a festivales que no son comerciales y luego realizar los estrenos comerciales en el país o donde sea”. Aclara que no es por un asunto de estrenar en aguas extranjeras o en el país natal, sino de anteponer el arte a la taquilla. “Lo que pasa es que el estreno de festival no es comercial, sino de industria, de arte, de crítica”, precisó.
Salas son costosas
Para Pedro Urrutia, el hecho de que muchos productores y directores se enfoquen primero en exhibir en festivales extranjeros es buscando oportunidades, ya que las salas internacionales son muy costosas.
“La única vía más asequible, pero que también es difícil, es lo que hacen muchos productores, no solo depender de festivales, sino de plataformas digitales”, puntualizó. Observó que antes existían más salas para cine independiente, donde se proyectaban filmes internacionales, las cuales han ido desapareciendo poco a poco, mientras que algunas se mantienen a base de películas comerciales.
Sin embargo, los festivales se han convertido en la primera opción para jóvenes directores dominicanos independientes como Yanillys Pérez, quien estrenó su documental Jeffrey en el Festival Internacional de Cine de Toronto, donde ganó la sección Discovery. En su paso por el Havana Film Festival de NY, antes de llegar a las salas comerciales de Santo Domingo, conquistó una mención de honor. Además, su cinta Candy Town fue seleccionada por L’atelier de Cannes.
Hace unos días, Cocote, dirigida por el dominicano Nelson de los Santos, fue anunciada como una de las doce producciones de ocho países latinoamericanos que optarán al premio Horizontes Latinos (dotado con 41,115 dólares) de la 65 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
Competir en los festivales representa un alivio económico si logran ganar, como lo hizo Cocote en Locarno, donde se embolsilló 5,000 dólares en la categoría “Signs of Life” o “Signs of Life Award electronic-art.foundation”.
La película Luis, de Archie López, inició un periplo en el X Festival de Cine Global, que luego la llevaría al de Santander, Colombia. Cocote y Luis aún no tienen fecha de estreno comercial en la República Dominicana.
También, La Familia Reyna se unió a Cocote, Carpinteros y Jeffrey, como largometrajes dominicanos que han recibido premios internacionales recientemente. La ópera prima del director Tito Rodríguez se alzó con el premio Revelación – Mejor Película Largometraje, con los votos del público en el Festival de Cine del Mar, en Uruguay. Así va caminando buena parte del cine que se produce en República Dominicana, animado en su mayoría por jóvenes cineastas con una visión distinta de crear historias.
Guzmán, Cárdenas y Abud en la misma onda
Otros que se estrenaron primero en festivales internacionales fueron Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas, con Dólares de Arena, en el de Toronto, Roma, Cairo, Viena, Morelia, India, Sao Paolo, Ceará, La Habana, Palm Springs, Miami, Atlanta, Panamá, Guadalajara y Cartagena de Indias. De su lado, Sambá se convirtió en la primera producción dominicana en llegar al Festival de Tribeca. Mientras que A orillas del mar, de Bladimir Abud, llegó al Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, en Argentina.
Fuente: http://elcaribe.com.do/2017/08/24/cine-dominicano-la-vitrina-internacional/