La 20th century Fox ha confirmado una nueva versión del lengedario filme de Otto Preminger
Es oficial, la 20th century Fox confirma que producirá el remake de «Laura», el muy legendario filme de que, en cierto sentido, licenció el noir estaodunidense para, además, amplíar su profundidad y el eco de sus hallazgos. Y otro shock, el algo misántropo y muy noir abandonará su refugio durante un tiempo para hacerse cargo del guión de esta obra maestra, a la postre basada en la novela deVera Caspary, «Ring Twice for Laura». El novelista norteamericano asume así lo que en principio se antoja un formidable reto nada ajeno a un autor que –«L.A. Confidential» o «»– domina los resortes de la intriga psicológica desde el metrónomo de su particular prosa sincopada, casi las ráfagas de una ametralladora.
«Laura» contó con Gene Tierney, Dana Andrews, Clifton Webb y Vincent Price; y pronto, era 1944, la crítica canonizó el filme de Preminger como un esquema ideal del cine negro. «Nunca olvidaré el fin de semana en el que murió Laura», así arrancaba el relato de una fascinación póstuma, un detective enamorado de su víctima, inmersa en un inésperado triángulo amoroso. Laura Hunt, tan hermosa como opaca, interrogaba a Andrews desde aquel enorme retrato en lo que resultaba una anticipación de la modernidad, o las imágenes que desencadenaban recuerdos y otros ardides del cine después de los sesenta. Allí estaba, sea como fuere, el filme que Preminger siempre reivindicó como su preferido.
Y Ellroy, qué se lo pregunten a De Palma o Hanson, no es muy partidario de llevar su obra al cine, o así lo certificó con su terminal declaración: «todos mis proyectos de adaptación están muertos». Por eso tal vez haya aceptado adaptar y actualizar los textos de otro en la medida que el clásico (y su alargada sombra) lo permitan. Entra en juego, por supuesto, el comentado perfeccionismo del autor nacido en Los Angeles, sin olvidar la pericia y la fama que impregnan y anteceden el grueso de su muy negra producción. Habrá que ver si finalmente olvidamos –o todo lo contrario, ojalá– aquel fin de semana.