Santo Domingo de Guzmán, RD.- Por considerarlo de interés para los dominicanos, reproducimos una entrevista que le hizo altramerica.com.es a la actriz Julietta Rodríguez, de la película La Hija Natural, una película de Leticia Tonos.
Durante la cuarta edición del Festival de Cine Global Dominicano (noviembre de 2010), organizado por la Fundación Global Democracia y Desarrollo de Santo Domingo, República Dominicana, se estrenó la película de Leticia Tonos “La Hija Natural”, sin duda una de las mejores película del cine dominicano. Actualmente, esta película representa al país en las nominaciones para losOscars. La que sigue es una entrevista a la protagonista de la película, Julietta Rodríguez. Artista joven y multifacética, que nos contará su interés tanto por el trabajo de dirección como por la actuación. A través de sus palabras y de su naturalidad, haremos un pequeño recorrido por algunos de los aspectos sociales de la cultura y la sociedad dominicana.
Hola Julietta, es un placer conocerte. Me gustaría que empezáramos un poco por tu vida: dónde naciste, cómo te criaste, qué estudiaste…
Nací en La Romana, en una casa muy humilde y de familia humilde, pero muy trabajadora y que con el pasar de los años supo levantarse justamente a través del esfuerzo y del trabajo de cada uno. Mis padres, Mireya Herrera y Jhonny Rodríguez ahora son comerciantes, tienen un negocio propio, y seguramente a ellos les debo el constante apoyo para poder realizarme tanto como persona que como profesional. Yo soy la mayor de tres hermanos: tengo un hermano menor y una hermanita de siete años. Estudié todo el bachillerato en La Romana, hasta los 18 años. Lamentablemente no pude inscribirme de inmediato en la universidad, tuve que perder un semestre; en enero de 2006, llegué a Santo Domingo para cursar la licenciatura en Comunicación Social en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.
¿Cómo fue el impacto con la universidad? ¿Te gustó la carrera?
Me gustó. Quizás tuve muchas expectativas al principio de la carrera; antes de empezar, esperaba encontrar más trabajo práctico. Fue hasta el tercer año que los trabajos universitarios fueron más acordes con lo que personalmente estaba buscando: el área audiovisual.
¿Este particular interés por el área audiovisual nació antes de empezar a estudiar o durante los años de la universidad?
Siempre quise estudiar y trabajar la parte audiovisual, ya sea delante o detrás de la cámara. Quizás este deseo fue herencia de mi padre que soñaba con ser locutor, pero nunca pudo realizarlo. El me transmitió la voluntad de realizar mis sueños. De niña quería verme y que me vieran delante de las cámaras, pero al crecer desarrollé un fuerte interés también por la producción y realización audiovisual. Y ahora se pude decir que ando jugando entre las dos cosas.
En tu infancia, en tu adolescencia, ¿qué papel jugó la televisión?
La televisión estuvo muy presente en mi vida, y creo como en la vida de todos los adolescentes dominicanos de mi generación. Yo vi mucha televisión, de ahí sacaba ideas para jugar. Podría decir que fue uno de mis muchos compañeros de juego.
¿Qué significado tenía para ti la televisión y qué importancia tuvo en tus intereses actuales?
A mí me gustaba mucho imaginar e imaginarme partiendo de lo que veía. Creaba mis historias personales, me convertía en pitufo, en Súper Campeones, en Tiny y Looney Tonos y en otros muñequitos de los dibujos animados, y así iba fantaseando otras realidades.
¿Y el cine?
Cuando nací, en La Romana no había cine. Los que hubo cerraron antes de que naciera. El cine volvió cuando tenía como 12 años, las películas que veía eran las que colocaban en televisión. No tuve la oportunidad de crecer yendo al cine.
Antes de “La Hija Natural”, ¿había trabajado en otros rodajes?
Solamente en la universidad, como parte de los trabajos prácticos. Tuvimos que realizar varios cortos y otros trabajos de producción para televisión, y entonces empecé desde ahí a involucrarme más en el área cinematográfica. De hecho, puedo decir que aquellos fueron mis primeros pasos en el campo. También realicé otros cursos técnicos fuera de la licenciatura, como el de actuación en el Instituto de Formación Técnico Profesional (INFOTEP). En ellos se integraba los otros módulos que se estaban ofreciendo, por ejemplo los de cámara, iluminación, producción, sonido, etcétera; y entonces al final podíamos ofrecer productos audiovisuales completos.
¿Fue ahí que empezaste a trabajar la actuación?
Podría decir que sí, porque en los trabajos para la universidad yo era productora y directora, y en algunos momentos editora. Pero en los trabajos para Infotep sí era solamente actriz.
¿Qué te gusta más?
La verdad que todo… Los actores tienen una libertad especial para involucrarse en otras áreas que ayudan a dar vida a los personajes que caracterizan, libertad que permite situarse en los zapatos de otras personas; eso es maravilloso y me encanta. Por otro lado, la dirección te permite crear un todo; una historia y un mundo para estos personajes, eso es, simplemente, apasionante.
¿Crees que en este camino artístico la universidad te haya ayudado?
Sí… de hecho conocí a José Gómez, un amigo común entre la directora y yo, durante una pasantía universitaria en producción audiovisual. El sabía que Leticia necesitaba una actriz con mi perfil físico. Luego de saber que era actriz, José le dio mi número a Leticia y ella me llamó para considerarme en el casting. Aunque ya conocía el proyecto, nunca fui a los castings, porque pensé que no me iban a escoger, por ser una actriz con poca experiencia. Pero al final resultó. Entonces, sí puedo decir que la universidad me ayudó de manera directa e indirecta. Todo ha sido una cadena de acontecimientos… si no hubiese decidido mudarme a Santo Domingo para estudiar la carrera quizás ahora no estaríamos hablando.
Absolutamente… pasamos a otro tema. ¿Qué sientes como mujer al haber sido la protagonista de la primera película dominicana de una directora mujer dominicana? A pesar de que Leticia se adelanta a recordar que Laura Amelia Guzmán ha hecho lo mismo, aunque en colaboración con su marido, Israel Cárdenas, en la dirección de “Jean Gentil”.
Me siento muy orgullosa, sin duda. Creo que el éxito de “La Hija Natural” se debe a la sensibilidad que tuvo la directora en el manejo de todo el elenco y el equipo de trabajadores, de todo el crew. Creo que las producciones se desarrollan según su director; esta producción se dio así, y tuvo tanto éxito por la personalidad de la directora, Leticia Tonos, que es un encanto de mujer, un ser humano de verdad maravilloso. Al mismo tiempo, el éxito de María, mi personaje, se debió al trato que le dio la directora y al tipo de comunicación que pudimos establecer Leticia y yo, para darle vida a esta mujer.
¿Qué tiene “María” que tú no tienes, y qué tienes tú que María no tiene?
Uhm… buena pregunta. Yo soy seguramente más extrovertida… muy extrovertida. María, por el contrario, es muy introvertida… Además, María tuvo que vivir cosas que yo no me imagino. Hay circunstancias, como la muerta de su madre, que condicionan mucho su ser. María tampoco tuvo cerca a una figura masculina y, por tanto, refleja vacíos y emociones que yo, Julietta, nunca he vivido. A pesar de todas estas situaciones y dificultades que tuvo que enfrentar, María demuestra mucha valentía.Yo, Julietta, tuve que dejar de lado muchas cosas mías para entrar en el papel de María. A veces, hacer el papel de la chica buena, sencilla, tímida, puede ser más complicado que hacer el papel de una mujer más abierta y extrovertida. Aun así, María refleja muchas cosas que forman parte de mi vida.
¿Cómo cuáles?
Por ejemplo, mi mamá tiene una cajita de metal, como las típicas cajitas de galletas, donde ella guarda sus documentos. Una cajita como la que sale justamente en la película, cuando una guagua se sale de la carretera y destruye a la pequeña casa de María, matando a la madre Juana. Durante la filmación de esta escena, buscando en los escombros de la casa, me imaginaba en esa situación. Como si mi madre hubiese muerto de verdad. Esa caja fue el conector entre la realidad de María y la mía.
Volviendo un poquito atrás. ¿Qué significa para ti ser mujer en un país tan machista como República Dominicana?
Estamos avanzando mucho. Por ejemplo, en la industria cinematográfica dominicana estamos viendo mujeres dirigiendo, produciendo, coordinando y protagonizando largometrajes y cortometrajes. Hay, sin duda, un grupo de mujeres que está derribando las barreras del machismo, y yo personalmente me siento muy orgullosa de formar parte de este grupo.
Además, tú llevas el cabello rizo, natural, y estás rompiendo otro esquema, un esquema eurocéntrico que etiqueta de “malo” al cabello natural y afro, y de “bueno” el cabello artificial (por no hablar de la cantidad de químicos que se usan para eso) y lacio, como el pelo de las europeas.
Sí, y me encanta tenerlo así. Me encanta mi pelo natural y lo disfruto. ¡Así soy yo: natural! Soy totalmente pro afro. Los artistas tienen menos problemas con llevar el pelo rizo, pero muchas empresas aún tildan de informal a las mujeres por tener el pelo rizo, o a los hombres por tener el pelo largo. Son limitaciones a nuestras libertades de las cuales parece que aún no nos damos cuenta al 100%.
Si tuviera una varita mágica, ¿qué cambiarías de este país?
El machismo sería la primera cosa. Me molesta mucho el machismo… y después esa bondad ingenua que creo nos caracteriza a todos los dominicanos. Creemos demasiado en personas que al final terminan haciéndo daño.
¿Qué papel crees que tengan las mujeres en defender el machismo?
Creo que el machismo no es exclusivo de los hombres, las mujeres también somos machistas; Claro, mujeres criadas y educadas en una sociedad machista y bajo ciertas reglas impuestas, y eso provoca que lo hagamos hasta inconscientemente. Nos educamos con este patrón. Esta sociedad es, en su mayoría, matriarcal, porque al final somos nosotras las mujeres las que criamos a los hijos, las que llevamos la economía de la casa, etc. La mayoría de las familias aquí las conforman la abuela, la madre y los hijos: lo mimo que se muestra en “La Hija Natural”. Las mujeres no tenemos la totalidad de la culpa de que los patrones sigan perpetuándose, pero sí tenemos que tener claro que debemos luchar para terminar con ellos. Sin nuestra lucha las cosas seguirán iguales. Si reflexionamos mejor sobre nuestros actos, creo que podremos cambiar muchas cosas.
Hace dos años que vivo en República Dominicana y los patrones de aquí los encontré también en otros países de América Latina. Misma historia, misma colonización, mismas religiones impuestas, mismo machismo, a pesar de que aquí todo resulta más exagerado, más caricatural. Pero en Santo Domingo me he dado cuenta de algo que no encontré en ningún otro país de manera tan marcada. Los y las dominicanas difícilmente admiten de haberse equivocado; les resulta muy difícil, como dices tú, reflexionar sobre sus actos, y reconocer un error. Con una simple frase como “es verdad, perdón, me equivoqué”, todo sería más relajado, más natural y más genuino. Sin embargo, es una frase que casi nunca escucho, de parte de cualquier persona, de cualquier estrato social. ¿Qué opinas?
Sí es verdad… tienes razón, “me reconozco culpable”, ahora mismo. Yo también soy así. Se nos hace muy difícil reconocerlo. Nosotros intentamos hacer algo para que se entienda que nos hemos equivocado, pero es verdad que muy pocas veces lo decimos abiertamente, con palabras. Con mi padre, por ejemplo, cuando era una niña siempre trataba de hacer algo que le agradara para de alguna manera corregir los errores cometidos. Pero es cierto, parece que somos un poquito orgullosos, y a veces no entendemos que reconociendo nuestros errores daríamos una imagen de nosotros mucho mejor.
Pasamos a otro tema. Durante la apertura de la última edición del Festival de Cine Global Dominicano, Geraldine Chaplin dijo: “Antes creía que el cine podía cambiar el mundo, ahora creo que el cine solo puede ayudar a cambiar la manera de pensar el mundo”. ¿Qué opinas tú?
Estoy de acuerdo con lo que dice ella, pero también pienso que a través del cine podemos sembrar ideas… y a raíz de una idea sembrada, los seres humanos pueden actuar de manera distinta, para comenzar no solamente a pensar el mundo de manera diferente, sino también vivir el mundo de manera diferente. Y si vivimos el mundo de manera diferente también lo estamos cambiando. No el mundo en su globalidad, pero sí nuestro círculo de amigos, profesional, nuestro entorno, nuestra comunidad. Tomamos el ejemplo de “La Hija Natural”: una película dirigida por una mujer, protagonizada por una mujer y que ahora mismo está representando al país compitiendo para una nominación a los Oscars. Hace quince años que eso no pasaba y creo que es una óptima aportación a que el cambio en las relaciones de género se haga más visible.
Hay una imagen en la película que, a mi juicio, resume todo lo que estamos hablando. Cuando María se está quedando en la casa de los vecinos, el hombre tira una copa al suelo para expresar su enojo con la mujer, pero la copa no se rompe porque es de plástico. La mujer intencionalmente estaba comprando utensilios de plástico, y así el hombre está obligado a ver frustrado su deseo de superioridad y de fuerza.
Sí… ¡buenísimo! Es una muy buena imagen. Ella se anticipó al actuar del hombre. Las mujeres somos muy inteligentes; muchas veces hacemos cosas de las cuales la familia nunca se da cuenta; el hombre menos. Esa mujer, la vecina de María, no tiene un empleo, trabaja en la casa; sin embargo, tiene responsabilidades que solo con algo de dinero pueden cumplirse. Entonces, en ese momento de la película ella había vendido un pantalón del esposo para poder cubrir otros gastos de la casa, como la comida; y su marido no lo encuentra y se enoja. El hombre, que naturalmente no se ocupa de lavar o colgar la ropa, no se da cuenta que su pantalón en realidad ya no está ahí.
Sí… hay mensajes, como ese, escondidos en muchas de las escenas de la película. Yo ya la he visto dos veces, pero tendré que volver a verla. A pesar de ser una historia sencilla, tiene mucho que comunicar. Dime Julietta, ¿qué dificultades has encontrado en el rodaje de “La Hija Natural”?
Cuando se murió la madre de María yo me quedé literalmente enganchada… me quedé atrapada en el personaje. Fue muy difícil salir: duré casi tres horas llorando… llorando de verdad, y mucho. La escena nocturna en la cual María está buscando los restos de lo que quedaba de la casa, de lo que quedaba de la vida de la madre y de su vida familiar; fue muy fuerte. Rodamos una hora, y yo me pasé tres horas llorando. Ese fue uno de los momentos más complicados. El segundo momento, cuando María está ya en la casa del padre y está tocando los objetos de la casa, los recuerdos del padre… ahí también me enganché y tuvimos que parar la grabación durante varios minutos. Era todo muy emotivo, muy nostálgico. María no había vivido nunca con el padre, y de repente se encuentra rodeada de objetos que hablan de pasado y de presente, pero de una vida que ella nunca ha vivido.
¿Qué significado tuvieron para ti las mariquitas que aparecen constantemente en la película?
Hay cosas en la película que representan nuestras creencias mágico-religiosas. Las mariquitas pienso que sean una de estas. Creo que juegan un papel místicos que quizás nos mantiene ligados a nuestra cultura, a los ancestros, a nuestras tradiciones, a la naturaleza. Simbólicamente son un homenaje al ritual, a lo espiritual, lo religioso. Eso es lo que creo yo, pero claro, deberías preguntarle a Leticia.
¿Qué importancia tiene el mundo rural en tu vida?
El campo en mi vida es muy importante. Para mí es un escape… un escape del caos, del ruido, las luces y la contaminación de las grandes ciudades. Esta contaminación auditiva, visual y física creo que nos hace a todos más violentos. En este sentido, el campo nos ayuda a relajarnos, a mirar las cosas con otros ojos, a escucharlas con otros oídos, en otros tiempos y otros espacios. Mi familia tiene una tierrita cerca de Higüey, no tan lejos de La Romana, y muchas veces nos escapamos por ahí. Por lo menos antes, cuando vivía en La Romana lo hacía con más frecuencia.
¿Te irías a vivir al campo?
En este momento de mi vida no. Pero sí me gustaría tener un lugar verde, donde poder tomarme la vida con más tranquilidad y escaparme con mi familia los fines de semana. Por ejemplo, la casa del padre de María, en la película, me encanta. Viviría en una casa así, sin esos huevos nauseabundos que salen en una escena, jaja.
En la película yo extrañé mucho la lluvia. En ninguna escena llueve.
Es verdad… no sé el porqué. Y eso que a mi me encantan los días lluviosos. Me gusta ver y escuchar el agua caer. Pero tienes razón, hubiese sido interesante ver algo de lluvia en la película. En los días del rodaje nunca llovió, quizás sea simplemente por eso.
Volviendo un poco al trabajo cinematográfico, ¿te gusta más trabajar delante o detrás de las cámaras?
Me gustan las dos cosas: me apasiona dirigir y disfruto actuar; como te dije, comencé detrás de las cámaras trabajando con varias productoras, pero respecto muchísimo el trabajo de un buen actor. De hecho, creo que el peso directo de cualquier producción recae casi siempre primero en el actor protagonista y después en la dirección, porque el actor es lo primero que ve la audiencia.
En lo personal, ¿te consideras una persona con deseo de mostrarse siempre en el escenario público, o prefieres seguir trabajando detrás del telón?
Creo que me siento más cómoda en la vida del anonimato, en una vida más tranquila, donde no se necesite aparentar o mostrar lo que uno de verdad no es. Yo, por ejemplo, no salgo a la calle maquillada, no me gusta producirme cada vez que salgo. Yo soy natural… me pongo la ropa con la cual estoy más cómoda y así mismo salgo. Me lavo el cabello y voy para la calle. Así es Julietta.
Y eso en un país donde la mayoría de las personas le hacen más caso a lo que piensan los vecinos, la familia o los amigos de uno mismo, que lo que uno mismo piensa de sí…
Es cierto. Es algo que aún tenemos que trabajar mucho. Tanto aquí como en otros países creo. La felicidad llegará cuando tú te sientas bien contigo mismo, sin tener que respetar reglas impuestas desde afuera, o a través de esquemas preestablecidos. Yo viví los mismos problemas que los demás. Tenía una pareja que me repetía lo mismo: ¡Maquíllate! ¡Arréglate el pelo! Tengo amigos que me dicen que yo nunca podría trabajar en una oficina de abogados por ejemplo, porque mi pelo se ve “informal”. Aún me tienen que explicar el porqué y qué entienden ellos por “informal”. Pero yo soy así, y así me siento bien conmigo misma. Solo de esta manera puedo esperar que la gente me respete y quizás entienda que lo más importante es compartir esa manera de ser natural.
¿Has vivido en el extranjero, o te gustaría vivir en el extranjero?
Siempre he vivido en República Dominica, pero me gustaría tener una experiencia de vida y trabajo afuera. Estamos trabajando en eso, en “exportar” mi figura también fuera del país. Vamos a ver cómo nos va con esta proyección en el extranjero. Tenemos que aprovechar el momento: creo que a través de los nuevos incentivos que se están ofreciendo a la industria cinematográfica mundial se abrirán nuevas puertas. Lo que necesitamos para el futuro es que el cine mundial descubra, en la isla, no solamente lugares para filmar películas, sino también nuevos talentos artísticos.
Acabas de volver de La Habana donde participaste en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. ¿Cómo fue la acogida?
Regresé fascinada con lo hermoso que es Cuba, su gente, su hospitalidad, su cultura, con esa ciudad tan impresionante como lo es La Habana y, sobre todo, feliz por haber recibido el aplauso del pueblo cubano que llenó la sala del cine Riviera en la apertura del ciclo de cine dominicano. Y la apertura fue justamente con la Hija Natural.
Gracias Julietta, ¡te deseo suerte y que realices todos tus sueños!
¡Muchísimas gracias!
Texto y foto: Tomado de http://www.altramerica.com.es/