La Federación Iberoamericana de Producción Cinematográfica y Audiovisual (FIPCA) ha emitido un comunicado en firme respaldo a la Asociación Dominicana de Profesionales del Cine (ADOCINE), alzando la voz en defensa de la Ley 108-10, también conocida como la Ley de Cine de la República Dominicana, ante su posible derogación en el marco de la propuesta de Ley de Modernización Fiscal. Esta medida, impulsada por el Ministerio de Hacienda, ha generado gran controversia por las devastadoras consecuencias que podría tener para la industria cinematográfica dominicana y la economía del país.

Desde su promulgación en 2010, la Ley de Cine ha sido un motor clave para el desarrollo económico y cultural de la República Dominicana, permitiendo la creación de empleos, la atracción de inversiones extranjeras y el posicionamiento del país como un destino atractivo para producciones cinematográficas internacionales. Según FIPCA, la eliminación de los incentivos fiscales ofrecidos por esta ley sería un duro golpe, no solo para el cine, sino para múltiples sectores económicos que se han beneficiado del crecimiento de esta industria.

El impacto económico de la Ley de Cine

La Ley de Cine ha transformado la industria audiovisual dominicana, facilitando la realización de coproducciones internacionales y fomentando el talento local. Según datos de ADOCINE, la industria genera más de 25,000 empleos directos y apoya a más de 375 empresas que ofrecen servicios relacionados con la producción cinematográfica. La derogación de esta ley representaría una pérdida significativa de empleos, afectando a miles de profesionales y a sus familias, además de generar incertidumbre entre los más de 1,200 estudiantes que actualmente cursan estudios en carreras de cine.

Además, el país ha sido testigo de un aumento en la captación de divisas gracias a la llegada de grandes producciones extranjeras, que han contribuido con más de RD$14,000 millones en los últimos años. Esta cifra se ha convertido en una fuente vital de ingresos frescos para la economía dominicana, una realidad que podría cambiar drásticamente si los incentivos que han hecho del país un destino competitivo para el cine desaparecen.

FIPCA y su llamado al gobierno

En su comunicado, Ignacio Rey, presidente de FIPCA, expresó su preocupación por el futuro de la industria cinematográfica en la República Dominicana, destacando que la eliminación de los incentivos fiscales tendría un impacto negativo en sectores clave como el turismo, la infraestructura y el empleo. La ley ha permitido a la industria no solo florecer en términos creativos, sino también convertirse en un atractivo turístico, promoviendo diversas localidades dominicanas como Santo Domingo, Samaná y La Romana en producciones internacionales.

FIPCA advierte que esta reforma fiscal pondría en desventaja a la República Dominicana frente a otros países de la región, como México, Colombia y Puerto Rico, que han fortalecido sus industrias audiovisuales mediante incentivos similares. “Lo que hemos logrado en seis años se perderá si no se reconsidera esta medida”, apunta el comunicado, destacando que la República Dominicana dejaría de percibir importantes divisas que cada año han ido en crecimiento.

La importancia de la industria naranja en el desarrollo económico

La industria cinematográfica es un pilar fundamental de la economía naranja, un sector compuesto por las industrias creativas y culturales que generan riqueza a partir del talento y la creatividad. Este sector es crucial para la diversificación económica, ya que no solo genera empleos directos, sino que impulsa otras industrias, como el turismo, la tecnología y la educación. La República Dominicana ha logrado un progreso significativo en la exportación de su cultura a través del cine, y la pérdida de estos avances significaría un retroceso para su marca país.

Una petición de diálogo

Tanto FIPCA como ADOCINE han solicitado una reunión urgente con el presidente Luis Abinader para discutir el tema en un espacio de diálogo y análisis. La industria cinematográfica se ha unido en un esfuerzo común para defender los logros obtenidos y evitar que la reforma fiscal destruya los avances de los últimos años. En su comunicado, FIPCA enfatiza la importancia de que se considere el impacto real que la derogación de la Ley de Cine tendría en la economía dominicana y en el reconocimiento internacional del país como destino fílmico.

“La eliminación de estos incentivos sería un retroceso histórico para una industria que ha puesto a la República Dominicana en el mapa global del cine”, afirma Rey. El llamado es claro: proteger la cultura y los empleos que esta ley ha generado, y continuar apoyando el crecimiento del cine dominicano como una pieza clave de la economía creativa del país.

Conclusión: El cine dominicano necesita ser escuchado

La voz de la industria cinematográfica dominicana y las organizaciones que la apoyan, como FIPCA, se alza en defensa de una ley que ha permitido no solo la creación de cine de calidad, sino el crecimiento económico, cultural y social de la nación. La derogación de la Ley de Cine no solo afectaría al cine, sino a miles de familias que dependen de este sector y al posicionamiento internacional del país. La República Dominicana se enfrenta a una decisión crítica, y es esencial que las autoridades escuchen a los profesionales de esta industria para encontrar una solución que permita seguir fortaleciendo el cine y la economía naranja del país.

Por Marc Mejia

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