Por Brando Hidalgo.
Hace una semana, exactamente el 11 de Junio, el mundo recibió la triste noticia de la muerte de quien fuera, sin lugar a dudas, la más querida y emblemática figura en el ámbito musical de Francia en la década de los sesenta, la dama de la canción melancólica e imagen inmaculada de la generación del pop y la música Ye-ye: Francoise Hardy muere a los 80 años tras padecer por varios anos de un cáncer de laringe.
Admirada y mimada por Bob Dylan, David Bowie, Serge Gainsbourg e incluso Mick Jagger, para quien fuera “el ideal femenino de la belleza”, mantuvo su carácter tímido y reservado totalmente, opuesto a los escándalos de la jet set europea de la época. Por supuesto, eran otros tiempos, los de la Nueva Ola Francesa y los Beatles, cuando la canción popular era emoción, sentimiento, contenido y poesía, nada de vulgaridad ni sexualidad gratuita. Era también la época de esplendor de sus contemporáneas Sylvie Vartan, Dalida, France Gall, Jane Birkin , Chantal Goya, Marianne Faithful, Nico, Lulu y Veronique Sanson, entre otras..
Francoise Hardy y el cine.
La gran pantalla nunca le intereso realmente. Por lo general aparecía en algunas películas como estrella invitada o en cameos fugaces como el de Charada (1963), con Audrey Hepburn y Cary Grant, o en Masculino Femenino (1966) de Godard, protagonizada por Jean-Pierre Leaud y una debutante Chantal Goya.
Definida por su director como “la película de los hijos de Marx y la Coca Cola”, Masculino Femenino es un retrato agridulce de los jóvenes de mediados de los sesenta, según la historia de las desilusiones del joven iconoclasta Leaud recién terminado su servicio militar obligatorio (“16 meses perdidos de mi vida”), interpretación por la que recibiría el Oso de Plata en Berlín al mejor actor. La Hardy apenas aparecía unos 10 segundos en la cinta, como acompañante de un oficial de la Embajada Americana en Paris que llega a un hotel, le abre la puerta del auto y entran al establecimiento. Pero Godard la quería ver en su película, y de paso aprovecha para que su protagonista distraiga momentáneamente al chofer mientras su compañero pinta rápidamente en el carro un letrero de protesta contra la Guerra en Vietnam.
Otra de sus breves apariciones en el cine fue en Que Tal Pussycat? (1965), donde Peter O’ Toole era un atractivo mujeriego empedernido que quiere ser fiel a su prometida Romy Schneider, pero es acosado y adorado por bellezas como, Capucine, Ursula Andress y Paula Prentiss. Peter Sellers era su psiquiatra en esta comedia de enredos típica de la época. Escrita y coprotagonizada por un debutante Woody Allen, llevo al top de los charts musicales la archifamosa canción de Tom Jones que daba título a la cinta.
El primer papel importante de Francoise Hardy llego en 1963 de la mano de Roger Vadim adaptando la pieza teatral de Francoise Sagan, Un Castillo en Suecia. Jean-Claude Brialy encarnaba un joven aristocrata invitado a pasar las vacaciones de invierno en un castillo aislado en las montañas. Monica Vitti era la desilusionada mujer de Curd Jurgens y Jean-Louis Trintignant formaba parte de esa extraña familia en la que jugaban las manipulaciones, el misterio e incluso se insinuaba una relación incestuosa. Francoise era el fantasma de Ophelia… Su siguiente trabajo de relevancia fue de la mano de John Frankenheimer en el apasionante mundo de la Formula 1 titulada Grand Prix (1966), con James Garner, Yves Montand, Eva Marie Saint e incluso el japonés Toshiro Mifune.
Otros títulos de su breve carrera en el cine incluye cintas poco conocidas y de dificil acceso como Una Bala al Corazón (1966) con Sami Frey y dirigida por Jean-Daniel Pollet, la italiana Presión Altísima (1965), llena de música de Gianni Morandi, Nicola di Bari, Dino, Rosemary Dexter y Lucio Dalla, o Las Palomas (1972) rodada en Montreal por el cineasta canadiense Jean-Claude Lord.
Aun cuando su presencia física casi no se viera en el cine, sus canciones nunca dejaron de formar parte de las bandas sonoras desde los sesenta hasta la actualidad. Títulos como Voila, El Tiempo del Amor, Todos los chicos y las Chicas o Mi Amiga la Rosa, entre muchas otras canciones, las hemos escuchado una y otra vez incluso en titulos muy recientes como Sonadores de Bertolucci, Las Invasiones Bárbaras de Arcand, Joven y Bonita de Ozon, o Moonrise Kingdom de Wes Anderson.
Le sobreviven su esposo desde 1981 (Vivian separados pero nunca se divorciaron), el también cantante y actor Jacques Dutronc, y su único hijo Thomas Dutronc, nacido en 1973. Descanse en Paz.