Hay quienes consideran que en la actuación descansa el 90 por ciento de lo que conlleva filmar una película de calidad. Es en este campo que el cine nacional requiere una mayor capacitación, la fundación de escuelas especializadas y un profesorado con la preparación necesaria para ir formando una nueva generación de actores y actrices que serán quienes darán la cara en este renglón. En una ebullición a toda vista, con la filmación y estrenos a la orden del día, los directores han tenido pocas cartas que jugar, repitiendo muchas veces al mismo elenco o sacando lo mejor de quienes tienen en la televisión o el teatro su medio natural.
El director Vladimir Abud (La lucha de Ana) dice que “es importante tener un buen actor en una producción cinematográfica. Aquí tenemos la desventaja de que no se están formando actores de cine, se necesitan escuelas de actuación para este campo. Tenemos que recurrir a los actores de teatro y figuras de la televisión, es lo que hay, hasta el momento nadie se ha motivado a crear una escuela seria para cine, sí hay algunos institutos que ofrecen talleres, pero no es suficiente, aquí hace falta una academia, que la puede crear la misma Bellas Artes”, señaló.
Abud se siente optimista, y dice que aún estamos a tiempo para empezar: “Si comenzamos desde ya, en unos cuantos años tendremos un buen grupo de actores capacitados. Hay otra cosa que influye, y es el método que uno aplica para dirigir los actores… pero ciertamente la tercera pata del trípode en una película, que es la actuación, es una de las partes que debemos mejorar”.
Leticia Tonos, directora de La hija natural, película seleccionada el año pasado para representar al país en el Oscar, atribuye la falta de un personal idóneo para el cine debido a que “las escuelas que hemos tenido hasta ahora han estado enfocadas al teatro, pero si logramos tener, como lo hacen mucho escuelas de Europa y Estados Unidos, que estén relacionadas con el cine, será un beneficio mutuo. Es una fórmula que se ha desarrollado muy bien”.
Y si los directores de reparto tienen una oferta limitada para escoger, entonces se requieren intensas jornadas de ensayos que en la mayoría de los casos, según Leticia Tonos, no se realizan con el rigor que requiere la producción de una película. “He sentido que muchas veces no se les da el tiempo necesario para los ensayos. El actor necesita ensayar, sentarse con el director. Muchas veces se piensa que, como es una historia ligera, no se tiene que ensayar. Si al actor se le da la oportunidad de estudiar el personaje, investigar y si se le dirige correctamente va a lograr un buen trabajo”, manifestó la cineasta, quien ofrecerá detalles de su nuevo largometraje, Cristo Rey: una isla…dos mundos, el próximo lunes en la sede de la Dirección General de Cine.
Por eso, cada quien debe escoger el método que mejor se adapte a su estilo, para sacar de los actores su mejor interpretación. “Aquí los actores están acostumbrados a que lo dirijan de una forma que no es cinematográfica, es una de mis grandes luchas con mis actores. Trabajo con el método vivencial, orgánico, que es el que mejor funciona para el cine, es un tanto tedioso aplicarlo en una persona que tiene 20 años actuando para la televisión o la radio. No me refiero a la calidad como profesional, porque en sus áreas son buenísimos, pero es que se hace cuesta arriba cambiar su interpretación en tan corto tiempo”, dijo Abud.
Buen actor en todas las artes
Aún cuando se tiene detrás de las cámaras a un gran realizador, a un buen equipo técnico y un guión de primera, el público siempre se quedará con lo que sale en pantalla, ese contenido en el que predominan actores y actrices, a fin de cuenta, por quienes se paga la taquilla para ir al cine. Para alcanzar una puesta en escena que bordee la frontera de lo entretenido, pero a la vez con calidad artística, todos coinciden en que todavía falta un largo camino por recorrer en ese aspecto.
“Es de la mayor necesidad una formación coherente y consistente en el plano actoral de cara al dinámico sector cinematográfico dominicano. Siendo los actores un pilar básico de la producción fílmica, en tanto son quienes encarnan las historias y con sus interpretaciones canalizan los giros del relato y los objetivos planteados por el director en las escenas, su debida formación resulta en un tópico indispensable. Un actor o actriz bien preparado garantiza al menos un nivel de respuesta capaz de dar brillos y agilizar la marcha de una producción dada”, indicó Juan Deláncer, periodista y productor de Trópico de sangre, el filme sobre el asesinato de las hermanas Mirabal protagonizado por Michelle Rodríguez.
Deláncer es categórico cuando evalúa el desempeño de un actor, dice que si hay talento para lograr una buena interpretación en teatro o en televisión, también se puede alcanzar la calidad en el set de una producción cinematográfica. “La formación teatral de parte apreciable de nuestros actores, no obstante, jamás debería ser obstáculo para descartar o minimizar roles en el cine, pues soy de quienes creen que un actor, al margen de su formación en teatro o cine, si es bueno lo será en ambos territorios. Por supuesto, el director deberá encargarse de introducir ajustes en un actor con fuerte carga teatral, ya que la obra, en determinados planos, tiene requerimientos distintos al rodaje en cine”, indicó el director que está en la fase de preproducción de su próxima película.
Para aquellos que se inician en la actuación, sin experiencia en ninguna de las artes, explicó Deláncer, “la diferencia en su desempeño bien podría estar en manos de la pericia del director, lo que aplica también para figuras mediáticas que incursionan en el cine sin experiencia previa en este campo”. Entre el cine comercial (tradicionalmente con un vínculo con la comedia) y el denominado fine arts, la industria nacional va definiendo con ganas sus estilos y géneros.
El cine es un arte que necesita más que dinero
El director Agliberto Meléndez entiende que “hay que insistir en la preparación académica en todos los aspectos de una película, técnicos, guionistas, luminotécnicos, incluyendo actores y actrices. Nuestra industria es muy joven, estamos conscientes que nuestras películas todavía no alcanzan gran nivel pero hemos avanzado. Aquí hay mucho talento, mi experiencia en el cine me ha permitido comprobarlo. Cuando filmé Un pasaje de ida una de las cosas que más se elogiaron fueron las actuaciones de todo el elenco”.
Meléndez cree que hay una burbuja en el sector cinematográfico, con muchas empresas aportando dinero para filmar y aspira a que “los productores hagan películas que trasciendan fuera de aquí, que traten temas sino universal, que sea internacional. Habrá momento en que se formen directores, guionistas que van a trascender fuera de aquí”.
Por Máximo Jiménez y José Nova
Fuente: El Caribe.com.do