En el panel sobre el “Impacto de la Ley de Cine en la industria cinematográfica: presente y futuro del cine dominicano”, experimentados profesionales del sector coincidieron en que hay muchos desafíos y éxitos que celebrar
(Santo Domingo, 17 de noviembre de 2014). Laura Castellanos, Boni Guerrero, Celinés Toribio, Huchi Lora, Desiree Reyes, Zumaya Cordero, Archie López, Antonio Gennari y Rafael Álvarez abordaron desde sus especialidades y actividades en la industria cinematográfica el camino recorrido por la legislación con sus resultados y desafíos.
Marco Herrera, abogado y director ejecutivo de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode) moderó la primera mesa del panel, que tuvo como tema “La Ley de Cine y avances sobre la industria cinematográfica, un antes y un después”. Participaron la actriz y productora Celinés Toribio; el encargado de la división legal de la Dirección General de Cine de la República Dominicana (DGCINE), Boni Guerrero; el cineasta Archie López y Rafael Suárez, ejecutivo del Palacio del Cine.
Guererro se refirió al riguroso proceso legal que sigue la producción y filmación de una película, con la aprobación de la DGCINE, lo que incluye el cruce de datos con la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) y el número de dominicanos que deben trabajar en cada proyecto.
Al final de 2014, dijo, serán 42 de las películas que se han acogido a la Ley de Cine.
Dijo que a la fecha se han recaudado alrededor de 215 millones de pesos, y se espera concluir con un monto cercano a los 400 millones de pesos,
En cuanto a la asistencia de público, cifró en un millón 300 mil los que han visitado este año las salas de cine dominicanas para ver las producciones locales.
Entre otras cifras compartidas con el auditorio, resaltó que el 33% del total de las taquillas vendidas el pasado año salieron de siete producciones dominicanas, lo que demuestra el respaldo del público a los proyectos nacionales.
Según Guerrero, la industria del cine que ha motorizado la ley ya ha creado más de tres mil empleos estables.
El productor y director López, introdujo su intervención recordando que “antes de la Ley era muy difícil conseguir dinero para hacer una película”. Había que pedir favores y era algo casi familiar, rememoró, y apuntó que “uno no se atrevía a hacer películas de diferentes géneros porque había que asegurar la inversión”, y la comedia era lo que más producía.
El director de la trilogía “Lotoman”, destacó que con el desarrollo de la industria que ha propiciado la ley ahora hay personal más capacitado y muchos negocios nuevos, como los que dan el servicio de sonido o de cámaras de filmación, para el que había que trasladarse al exterior.
“Esa especialización de quienes participan incide en la calidad porque se pueden dedicar en pleno a su trabajo en el cine”, destacó Lopez.
“La ley funciona y muy bien; lo único es que hay que ser organizado”, dijo. Agregó: “Hemos hecho varias películas y no hemos tenido problemas con ninguna. DGCINE trabaja muy bien, es un aliado de las producciones locales”.
López destacó el aporte del ex presidente Leonel Fernández a la concepción y promulgación de dicha ley. Por ello dijo que era el “padre de la Ley de Cine”, y añadió “sin él no estaríamos disfrutando de ese auge”.
En su rol de moderador, Herrera puso de relieve que en Funglode se ve la Ley de Cine como un caso de estudio, un buen ejemplo de como una propuesta de políticas públicas se materializa en una ley que genera empleos, dinamiza la economía.
Durante su participación en el panel Celinés Toribio habló sobre la experiencia que vivió contando la vida de María Montés en la gran pantalla. Abogó por aprovechar el desarrollo de la industria para contar historias dominicanas.
Lo mejor que podemos hacer es cuidar la forma en que contamos las historias dominicanas, consideró Toribio.
Destacó que ahora está embarcada en un filme sobre Porfirio Rubirosa, y luego se plantea contar la vida de Anacaona.
Son retos que demandan, subrayó, un trabajo de investigación, de manera que se puedan recrear con fidelidad las historias contadas.
Agradeció el apoyo que ha recibido de Funglode, el Ministerio de Cultura, el presidente Danilo Medina y el ex presidente Fernández para llevar a cabo su proyecto sobre la vida de la actriz barahonera.
Rafael Suárez, como ejecutivo del Palacio del Cine, se refirió a la rentabilidad del mercado. “Somos una industria y como tal debemos tener beneficios y rentabilidad”, dijo, y puntualizó que aunque la ley está más orientada a impulsar el hacer cine, ha logrado desarrollar el sector.
Español, recién establecido en el país después de ocupar funciones ejecutivas en empresas de distribución de Europa y Asia, dijo que ha tenido la suerte de llegar a República Dominicana en medio del “boom”.
Suárez destacó el crecimiento del número de salas, que alcanzó un 40% el pasado año, gracias a los estímulos de la citada ley, lo que también ha permitido que el 100% de las salas sean digitales.
Dijo que el país es puntero tecnológicamente y resaltó que son las películas dominicanas las que están provocando esto, “la inversión en tener salas con la mejor tecnología”.
Herrera destacó, en el contexto, los incentivos de la Ley en lo que se refiere a la construcción de las salas de cine, y resaltó que hay muchos motivos para sentirse optimistas con la ley.
Segunda mesa: Retos y oportunidades de la industria dominicana
Laura Castellanos, socia del Grupo Legalia, organizador del panel junto a la DGCINE y Funglode, hizo un reconocimiento al trabajo realizado por la dirección a cargo de Yvette Marichal en la actualidad.
La abogada, quien coordinó la comisión para la redacción de la Ley y fue su redactora principal, reconoció que han habido muchos conflictos, y que faltan procesos por fortalecer, pero dijo que éstos deben darse en el tiempo, con el proceso de maduración y consolidación del sector.
Hasta el momento no se ha transformado ningún procedimiento regulatorio porque la DGCINE ha actuado para evitarlo, resaltó como valoración positiva de la institución dependiente del Ministerio de Cultura.
Y dejó clara su opinión contraria a que los incentivos fiscales se otorguen en base al contenido de la película. Eso se discutió y se plasmó en la ley, indicó, para agregar que esta se concibió “como un incentivo para la industria”. Por eso insistió en que cualquier cambio que se produzca debe hacerse mediante una modificación a la ley.
También se manifestó opuesta a que se impongan topes presupuestarios a las producciones nacionales. Dijo que eso evitaría que la industria local crezca, lo que iría en contra del espíritu de la ley.
Abogó también por la consolidación de la coordinación entre la DGCINE, llamada a controlar de manera directa el tema de los incentivos y las inversiones, con la DGII y el Ministerio de Hacienda.
Biviana Riveiro, socia del Grupo Legalia, introdujo como moderadora al presidente de Lantica Media, propietaria de los estudios Pinewood Indomina, Antonio Gennari.
El ejecutivo dijo que están viendo condiciones óptimas para ejercer un liderazgo en América Latina, desde la República Dominicana, como resultado del desarrollo que está registrando la industria del cine.
El país tiene mejores condiciones económicas, técnicas, creativas y profesionales y también a nivel de logística por su patrimonio natural, resaltó.
Dijo que en los próximos cinco años el país podría estar generando 45 mil millones de pesos.
Reconoció que hay muchos desafíos de tipo técnico-profesional, pero consideró que está próxima la solución.
“Estamos muy optimistas. Nunca como ahora. Desde que asumí en Lantica vemos que la industria evoluciona como un grupo, en el que se comparten los esfuerzos”, manifestó.
Resaltó que ya son 195 los técnicos que están hoy trabajando en el sector, quienes se han formado con esfuerzos de Lantica Media.
Por su lado, Huchi Lora compartió su experiencia en la industria del cine y la forma en que logró el éxito con “El Teniente Amado”. El haberle hecho caso al director para filmar en inglés y español, de manera que el producto pudiera tener cabida en el exterior fue un factor clave que destacó.
“Hay que tomar en cuenta que el mercado dominicano es pequeño”, dijo, coincidiendo así con los expositores que se refirieron a la necesidad de ampliar el nicho de mercado de las producciones dominicanas en el exterior.
“Entendemos que hay que tratar de hacer películas dominicanas que puedan llegar a públicos internacionales. Esta maravillosa ley le ha dado la oportunidad de desarrollo a la industria, pero toca lograr presencia en el exterior para poder impulsar el sector”, dijo Lora.
Desiree Reyes, productora audiovisual, consideró que el reto principal del sector es ampliar su mercados.
En cuanto a la participación de las películas dominicanas en festivales internacionales, dijo que son escenarios óptimos para presentar y dar visibilidad a las películas y para que los profesionales dominicanos de la industria establezcan redes.
Recordó que un contrato de venta para el filme “Cristiano de la Secreta, se concretizó en un festival.
Los festivales no solo son el altar de las películas de culto, explicó. Son un escaparate para la exhibición de toda la industria.
Zumaya Cordero, directora general de Caribbean Cinemas, destacó que a nivel de exhibición la ley de cine ha permitido tener un crecimiento de asientos, salas, pero que el reto ahora es atraer a los que no van a los cines.
Ya sea por el tema de poder adquisitivo o porque no hay cultura de ir al cine, es el desafío que tiene el sector, planteó la ejecutiva.