Artículos
La magia de ‘Olivia y las Nubes’: Animación Dominicana que Conquista el Mundo
Por Marc Mejía
El cine dominicano vive un momento especial, y una de ellas que lo demuestran claro es “Olivia y las Nubes”, el primer largometraje de animación de Tomás Pichardo Espaillat, que continúa acumulando reconocimientos en distintos rincones del mundo. Su triunfo más reciente llegó en Chile, donde se llevó dos de los premios principales del Festival Internacional de Cine de Rengo 2025: Mejor Largometraje Internacional de Ficción y Mejor Director.
Para una industria como la dominicana —todavía en crecimiento, pero cada vez más ambiciosa— este logro no solo es motivo de orgullo; es una confirmación de que la animación hecha en el Caribe tiene mucho que decir.
Un festival que impulsa nuevas voces
El Festival Internacional de Cine de Rengo, celebrado desde 2005, es conocido por abrir espacio a realizadores emergentes y fortalecer la circulación del cine independiente en Chile y Latinoamérica. Su enfoque comunitario, con actividades gratuitas en lugares emblemáticos como el Teatro Municipal de Rengo y la Casa de la Cultura de Rosario, lo ha convertido en una cita imperdible para cineastas jóvenes y proyectos frescos.
En su 21ª edición, realizada del 24 al 29 de noviembre de 2025, el festival volvió a apostar por propuestas arriesgadas y emocionalmente potentes. Fue ahí donde una película dominicana, hecha con sensibilidad y una estética muy particular, terminó cautivando al jurado y al público.
Una historia íntima contada desde múltiples miradas
“Olivia y las Nubes”, estrenada en cines dominicanos en junio de 2025, es una obra que combina animación, poesía visual y una narrativa que invita a ver un mismo suceso desde distintas perspectivas, usando el recurso del efecto Rashomon.
La trama sigue a Olivia, una mujer marcada por un amor que no logra dejar atrás. Ese sentimiento, convertido en un pequeño fantasma que vive debajo de su cama, la acompaña de forma casi ritual: ella le regala flores y él le entrega nubes de lluvia que la reconfortan cuando la memoria la ahoga. Es una metáfora sobre la forma en que la nostalgia puede convertirse en refugio… o en peso.
El equipo detrás del filme incluye nombres clave de la escena local:
- Dirección y guion: Tomás Pichardo Espaillat
- Producción: Amelia del Mar Hernández González y Fernando Santos Díaz
- Voces: Olga Valdez, Héctor Aníbal, Elsa Núñez, Dominique Goris, Fery Cordero, Fidia Peralta y Lill Marie Taveras
Un recorrido internacional que sigue creciendo
Antes de llegar a Rengo, Olivia y las Nubes ya había pasado por importantes festivales internacionales y se había ganado la atención de la crítica. Su estreno mundial ocurrió en el Festival de Locarno, donde obtuvo una Mención Especial del Jurado Junior. A partir de ahí, comenzó una racha de premios en eventos como:
- BFI London Film Festival – Mención especial Sutherland Award
- Festival de Cine de La Habana – Premio Coral
- Festival de Málaga – Biznaga de Plata a Mejor Película Iberoamericana
- Film Fest Bremen – Best Visual Innovation
- San Diego Latino Film Festival – Best Feature Film
- Festival de Guadalajara – Mejor Largometraje de Animación
- Entre otros reconocimientos en Costa Rica, Stuttgart, Animator, AIFVF y más.
Además, la película fue preseleccionada para los Premios Oscar 2026 en la categoría Mejor Película Animada, un logro histórico para la animación dominicana.
Una victoria para toda la industria dominicana
El doble reconocimiento en Rengo —Mejor Largometraje y Mejor Director— es más que una celebración individual. Es un momento importante para el cine dominicano en su conjunto, especialmente para el sector de animación, que continúa consolidándose con proyectos ambiciosos y elaborados con un nivel de detalle que ya compite a nivel internacional.
“Olivia y las Nubes” demuestra que las historias hechas desde el Caribe pueden emocionar al mundo entero.
Un futuro prometedor
Todo apunta a que el recorrido de Olivia y las Nubes está lejos de terminar. Su estilo visual, su sensibilidad narrativa y su honestidad emocional la han convertido en una película que conecta con públicos de distintas edades y culturas.
Si algo deja claro su paso por festivales y premios es que la animación dominicana no está imitando a nadie: está construyendo su propio camino, con su propia voz y una identidad muy marcada.
Y si este es solo el comienzo, el futuro promete mucho más.
