ARGUMENTO: En 1937, Rafael Trujillo ordena "El Corte," campaña contra los negros en la frontera entre República Dominicana y Haití. Amparados por la oscuridad, María (25) y Oguís (27), tratan de huir a Haití con sus dos pequeños hijos. Los seguidores de Rafael Trujillo los interceptan y la familia se dispersa. Al amanecer, los dos niños son rescatados por un campesino y el menor, de sólo 5 meses, es asumido por una pareja madura que lo bautiza como José Francisco.
En su primer día de escuela, José Francisco conoce lo que ha de ser su sino: la discriminación. Temprano en su vida muestra su talento, lo cual pone al servicio de la redención de los oprimidos. Emigra a la gran ciudad, se hace locutor y abogado y se integra al agitado proceso de democratización del país al ser decapitada la tiranía en 1961.
Parte del Elenco: José Francisco Geraldino, Kelvin Linares, Ronnie René.
SOBRE EL DIRECTOR
El nombre de Agliberto Meléndez está ligado de manera indefectible a la historia del cine nacional. “Un pasaje de ida”, escrita y dirigida por él hace 23 años, es un referente de la filmografía dominicana, en estos momentos el cineasta se encuentra en la fase final del rodaje de la película “Del color de la noche”, “biopic” de José Francisco Peña Gómez.
“No es un documento político, es un documento humano”, alega el realizador, quien advierte que no se trata de un documental, sino de un filme inspirado en la vida del personaje y que, lejos de ser un retrato del político, es una radiografía del ser humano.
Encarar una producción de esta naturaleza, en la se recrea la historia de un personaje en distintas épocas, conlleva un gasto económico, en especial en el aspecto de dirección de arte, vestuario y maquillaje.
Son pocos los que en el cine de factura local se han embarcado en el género histórico (“Lilís”, Jimmy Sierra, 2006; “Trópico de sangre”, Juan Deláncer, 2010).
Es por esto que Meléndez lamentó que al momento de buscar financiamento, ninguno de los amigos del fallecido líder político se interesaran en colaborar con el proyecto, al que ha dedicado varios años.
El presupuesto lo ha conformado con sus ahorros y con una “suma modesta” que recibió del Ministerio de Cultura, gracias a la intervención del presidente de la República, Leonel Fernández.
Entendiendo esta película como un compromiso con alguien a quien conoció de cerca (su hermana Rosita Meléndez, fue esposa de Peña Gómez), “la sociedad dominicana fue sumamente ingrata, injusta con él”, resalta el director. Aspecto humano El retrato social que se hace del político en este filme, llevará la acción desde 1937, año en que nació hasta mayo de 1998, fecha en la que murió víctima de cáncer.
Aún así, Meléndez es optimista y busca lograr un trabajo digno y del que ya asegura “se han logrado muy buenas imágenes”.
Un punto que ha tenido a favor ha sido el hecho de encontrarse con un actor que guarda un enorme parecido con Peña Gómez. Se trata de José Francisco Gerardino.
“Él ha logrado capturar el personaje de tal manera que a mí me da escalofríos cuando lo veo de espaldas”, confiesa Meléndez.
Un cine social Si en “Un pasaje de ida”, inspirada como la presente en hechos reales, Agliberto entiende el cine como un instrumento que empuje un cambio de actitud en la espectador, más allá de ser un entretenimiento.
“He abrazado el cine porque lo considero un buen medio para analizar, denunciar y esclarecer los problemas sociales”, asegura, con la convicción de que los artistas tienen que comprometerse con su sociedad y que el cine que realiza no es con el fin de hacer dinero.
De la experiencia pasada de estrenar una película en 1988, tiene un recuerdo agridulce ya que según recuerda, él y su obra tuvieron más reconocimientos fuera del país.
Este filme encendería una chispa que se convirtió en llama en 1995 con “Nuebayol”, de Ángel Múñiz y desde entonces los rodajes de películas en el país son algo común, algo que era una utopía en los años en que se rodó. “El cine que yo soñé no es el que se está haciendo”, al considerar que la mayoría de las producciones han torcido el rumbo con la influencia de la televisión y se ha “atelevisado”.
Confeso admirador de movimientos como el ‘neorrealismo italiano’, el ‘novo cinema brasileño’, y la obra de realizadores como Akira Kurosawa Luis Buñuel, lamenta que le haya costado tanto trabajo realizar esta segunda película, para la que ha tenido que esperar 23 años.
( Fuente entrevista Listin Diario )