La actriz francesa Sabine Azéma será este año la encargada de presidir el jurado de la Caméra d’or, responsable de designar la mejor obra novel presentada en Cannes.
Tras Bong Joon-Ho, Gael García Bernal, Carlos Diegues y Nicole Garcia, Sabine Azéma se dispone a dedicar todo su entusiasmo y pasión por el cine a los directors de una obra novel.
La actriz estará rodeada por la directora Delphine Gleize, el actor Melvil Poupaud, Claude Garnier en representación de la Asociación Francesa de directores de fotografía Cinematográfica (AFC), Didier Huck en representación de la Federación de Industrias del Cine, el Audiovisual y el Multimedia (FICAM), Yann Gonzalezen representación de la Sociedad de Realizadores de Películas (SRF, por sus siglas en francés) y Bernard Payen en representación del Sindicato Francés de la Crítica de Cine (SFCC).
La Caméra d’or, creada en 1978, se concede a la mejor obra novel presentada en la selección oficial (competición, fuera de competición y Un Certain Regard), en la Semana de la Crítica o en la Quincena de Realizadores, lo que en 2015 equivale a un total de 26 películas.
La Caméra d’or actúa como un acelerador sobre la carrera de un cineasta, ofreciéndole una visibilidad ejemplar y una notoriedad internacional. En el pasado, Jim Jarmusch, Mira Nair, Naomi Kawase, Bahman Ghobadi o Steve McQueen han sido galardonados con este premio. En 2014, la galardonada fue la película francesa Mil noches, una boda, presentada en la selección oficial Un Certain Regard.
La Caméra d’or 2015 será entregada por la presidenta del jurado durante la ceremonia del palmarés, que se celebrará el domingo 24 de mayo.
Sabine Azéma destacó en el teatro en papeles juveniles antes de interpretar a la hija de Louis de Funès en La Valse des toréadors (1974). Este papel le valió numerosas propuestas y propició su debut en el cine. En 1985 logró su primer César por su papel en Un domingo en el campo de Bertrand Tavernier, presentada en competición en el Festival de Cannes. En 1989, el director le ofrece de nuevo un papel protagonista en La vida y nada más. Su encuentro con Alain Resnais supuso un impulso decisivo a su carrera. A lo largo de una colaboración que se extiende durante casi tres décadas, el cineasta permitirá a la actriz mostrar las múltiples facetas de su talento: heroina trágica en L’Amour à mort (Love unto death, 1984) y luego en Mélo (1986), que le valió un César a la mejor actriz, antes de encarnar a personajes muy diferentes en Smoking / No Smoking(1993), On connaît la chanson (1997), Pas sur la bouche (Not on the lips, 2003), Asuntos privados en lugares públicos (2006) o incluso Las malas hierbas (2009) y Vous n’avez encore rien vu (You ain’t seen nothin’ yet, 2012). Estas dos últimas fueron seleccionadas en competición en el Festival de Cannes.
La musa de Alain Resnais también ha rodado con Doillon, Mocky, Blier o Etienne Chatiliez, que la convirtió en una actriz popular con La alegría está en el campo (1995). Sabine Azéma, cuya intensa interpretación atraviesa literalmente la pantalla, también ha inspirado a los jóvenes directores: Le Mystère de la chambre jaune (The mystery of the yellow room) de Denis Podalydès, L’Ami de Fred Astaire (Let’s dance) de Noémie Lvovsky, Pintar o hacer el amor y finalmente Le Voyage aux Pyrénées de los hermanos Larrieu.