El personaje de James Bond, el espía más célebre de la ficción, rodeado siempre de coches lujosos, mujeres despampanantes y martinis, fue concebido en Portugal, donde su creador, Ian Fleming, se inspiró en los entresijos del espionaje durante la II Guerra Mundial.
Pocas semanas después de haberse iniciado el rodaje de la última entrega del famoso espía y cuando se cumplen 50 años de la muerte de Fleming, muchos amantes de la saga de 007 han buceado en las fuentes de inspiración del escritor, en las que jugaron un papel crucial los alrededores de Lisboa, especialmente la localidad de Estoril.