El mercado hispano es en muchos sentidos aún hoy una gran incógnita que la industria de Hollywood se afana en despejar para acceder a los bolsillos del público latino, un buen aficionado al cine cuya diversidad hace que sea muy difícil de encasillar.
Las estadísticas de la Asociación de Productores Cinematográficos de EE.UU. (MPAA) confirman cada año una tendencia bien conocida por los estudios, que a los hispanos les gusta ir al cine en familia, y mucho. Tanto es así que, en proporción a su tamaño demográfico, son los espectadores más leales.