Juan Carlos Lossada, presidente del CNAC (Centro Nacional Autónomo de Cinematografía) presentó el viernes en el Centro de la Diversidad Cultural de Venezuela la charla sobre “Los logros del cine venezolano.” El objetivo de potenciar el cine es tener una cinematografía nacional en la que los pueblos puedan tanto crear como verse representados, instaurar su propio imaginario para que deje de ser creado únicamente desde el exterior. El proceso avanza en base a dos ejes: El industrial, con formación a los artistas y producción de cada vez más películas con más medios, y el cine comunitario, para que cada comunidad sea capaz de filmarse, y conseguir un cine más democrático.
Antes de la década de los 60 las películas venezolanas proyectadas fueron por la astucia y audacia de unos pocos. Después se crearon las primeras leyes del cine, que hizo que la producción y consumición fuera aumentando todos los años. La primera película sobre Bolívar se rueda en el 79. En los 80 las películas más vistas eran venezolanas, y en los años 85, 86 y 87 obtuvieron bastantes buenos registros, pero en la década de los 90, con políticas que no favorecían la cultura, se produjo un oasis. A veces se menciona esa etapa como “la década perdida”. En los diez años hubo tres millones de espectadores, mientras que este año 2014 sin terminar ya van cuatro millones.
La dinámica cambia cuando en 2005 la reforma de la Ley del Cine fue aprobada, por unanimidad. Dicha ley establece la existencia de una cuota de pantalla y de distribución, el 20% de las obras deben ser nacionales, y en el caso de no haber suficientes, latinoamericanas. Desde su aprobación el número de películas no ha parado de aumentar. Hace once años la audiencia de películas nacionales era del 0,3 %, mientras que ahora es del 15 %. Para ello es muy importante la CNAC, que administra con cierta independencia y marca las políticas cinematográficas (los autores tienen total independencia ideológica en sus obras). Desde 1994 se han hecho 193 películas.
En cuanto al cine comunitario, para Lossada, “expresa urgencias, es orgánico en el sentido de que está arraigado en comunidades y regiones, […] El deber como pueblo de construir su propio imaginario, dándole ritmo, lenguaje e intencionalidad”. El cine comunitario refleja a la cultura y a los individuos que lo realizan. Actualmente existen 267 UPAC (Audiovisual Comunitario), que han creado 650 obras. Al respecto de la cultura indígena, gracias a este proceso es posible crear una mirada interna, hecha por los propios indígenas. Para la promoción de la nueva cinematografía se organizaron 42 festivales en 2013, al menos uno en cada estado, y en los lugares geográficamente más complicados se lleva cine a través de pantallas inflables.
Fuente: tercerainformacion.es